Un grupo de psicólogos expertos del CONICET se ha puesto a la tarea de analizar como funciona el cerebro de las personas que militan en La Cámpora. Estos son los resultados del estudio:
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miércoles, 14 de diciembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
Zaiat en el país de las maravillas
Como lector del diario página12 estoy acostumbrado a leer los incoherentes
artículos económicos de Alfredo Zaiat. El argumento siempre es el mismo, de
alguna forma el razonamiento siempre termina culpando de todos los males del
país a la concentración económica y la extranjerización. Claro que critica la
concentración siempre y cuando sea privada, porque si la concentración es
estatal está muy bien según el buen progre de Zaiat.
Tal vez cuando de criticar al oficialismo se trate, nadie expresó tan bien una crítica como el filósofo oficialista Ricardo Forster. "Imbecilidad estructural", dijo Forster al referirse al programa afín al gobierno 678 que se emite por canal 7.
En esa "Imbecilidad estructural" conviven ideas obtusas, conspiraciones, el rechazo de la causalidad (causa y efecto) y el enemigo ficticio, aquél que es egoísta, el gorila, el oligarca. A esa estructura se le suman ideas de economía que en realidad no tienen absolutamente nada que ver con la economía, sino que esconden un fin perverso. Hacer de la palabra "extranjero" una mala palabra en un país que fue creado por extranjeros de todas las razas junto con nativos. Hacer de la industria un orgullo de grandeza nacional, es otra de las ideas de falsa economía.
Ministros y funcionarios kirchneristas no se cansan de hablar sobre la "extranjerización de la economía", la cual al parecer es un grave problema heredado de la década de los '90 que afortunadamente ellos han venido a reparar. En esta línea escribe Zaiat. El argumento es simple. En los '90 los extranjeros compraron empresas argentinas y el dinero que ganaban aquí se lo llevaban afuera del país en concepto de remisión de utilidades. La política de libre comercio produjo una desindustrialización del país ya que la gente al comprar un producto importado dejaba de comprar uno nacional, generando así desempleo en la economía local. Esto se veía reflejado en el déficit comercial. Entonces nos endeudábamos para mantener a las empresas extranjeras y que así podían seguir contratando más empleados en sus países de origen. Este argumento se podría resumir en una frase: "se venían a llevar la plata del pueeeeblooo". Claro que ridiculizar no es la idea de este texto, pero esos argumentos ridículos a veces tienen su raíz en cosas un poco más sofisticadas, pero erróneas al fin.
Es increíble que gente que cree saber de economía haga este argumento, lo he escuchado incluso de boca de estudiantes universitarios. Cada vez que lo escucho no puedo evitar agarrarme la cabeza al mejor estilo facepalm. Ahora, ¿cómo se tiene un déficit comercial? Una forma es pidiendo prestado y luego comprando productos importados ¿No? Bueno, este cuentito pretende invertir este orden lógico. Lo que pretende es que primero compramos productos importados, ¡y luego pedimos prestado el dinero para pagarlos! Absolutamente ridículo, por el simple hecho de que para comprar algo primero se necesita pedir prestado el dinero. Ningún comerciante va a vendernos algo porque le prometamos que vamos a sacar un préstamo mañana para pagarle. Por lo tanto, la deuda pública fue en todo caso la que generó el déficit comercial. No al revés. O sea, el estado tomó deuda pública para pagar jubilaciones, sueldos etc. y la gente la gastó en bienes importados etc.
Lo que Zaiat y compañía no entienden, es que todo ese dinero que se llevan los extranjeros del país equivale a demanda futura por nuestros bienes y servicios. Ahora a esta altura hay algunos que dirían: "no cuando tenés 200 países para competir". El ejemplo que me gusta dar es, imaginen al mundo como Argentina y el resto del mundo. O sea, hay solo 2 países, uno es Argentina y el otro el resto del mundo. Si el resto del mundo le vende a Argentina y gana dinero ¡lo hace para en el futuro volver y comprar productos de Argentina! Ya que el objetivo de producir es obtener el poder adquisitivo para comprar productos. Es más, si solo hay 2 actores en un mercado, y uno se rehúsa a comprarle al otro porque solo quiere venderle, va a llegar un momento en que el comercio entre ambos va a parar ya que la velocidad de circulación del dinero va a ser nula, uno por no tener más dinero y el otro por tener y no querer usarlo. Eso es lo que pasa con la política proteccionista, hace más lenta la velocidad de circulación del dinero en el mercado internacional, lo que nos perjudica ya que implica que vamos a tener menor demanda por nuestros productos.
No, no hay ningún problema con la balanza de pagos. Como explica Paul Krugman en su blog, la cuenta capital y la cuenta corriente de la balanza de pagos tienen que sumar cero. Es un hecho ya que una inyección de capital produce un déficit comercial mediante la apreciación del tipo de cambio, el aumento del nivel de precios o algún otro cambio en la economía real que afecta flujos comerciales. Si, el mismo Krugman que ganó el premio Nobel de economía por "su análisis de los patrones comerciales y la localización de la actividad económica" pincha el mito de la balanza de pagos.
Como vemos, este argumento proteccionista de la "extranjerización" de la economía se basa en la balanza de pagos. Pero como Paul Krugman explica, la balanza de pagos se balancea sola. No se necesita a ningún gobierno imponiendo barreras proteccionistas para evitar la "extranjerización". Este argumento, está claro, nada tiene que ver con la economía.
Personalmente, lo que más me molesta de este argumento anti-extranjerización es que de alguna forma implica que algo tan trivial como el pasaporte del presidente de la empresa a la cual le compramos la gasolina u otros de los productos diarios nos hace alguna diferencia. Demolido el argumento de la balanza de pagos, ¿cuál es la diferencia para un consumidor si el producto que compra es de una empresa cuyo presidente tiene pasaporte nacional o extranjero? ¿Cual es la diferencia para un trabajador si el presidente de la empresa para la que trabaja tiene pasaporte nacional o extranjero? No hay respuesta porque no hay diferencia. Lo que yace debajo de este argumento anti-extranjerización es un nacionalismo vacío de todo contenido, tan vacío de contenido que lo único que importa es el pasaporte. ¿Puede usted contemplar que una política seria gire en torno a un pedazo de papel?
Con respecto al tema de la desindustrialización, el hecho de que haya menos trabajo en las fábricas hoy en día no quiere decir que debamos volver a métodos de producción antiguos para dar más trabajo. Hoy en día la mayor parte de la población en todo el mundo trabaja en los servicios, ya que la automatización de los procesos industriales ha liberado mano de obra de la industria para satisfacer otras necesidades. El hecho de que las industrias sean concentradas es algo bueno ya que las economías de escala benefician a la población al producir más barato. Pero que una empresa concentre un mercado no quiere decir que deje de haber oportunidades redituables. Cuando una empresa ya no puede mantenerse en el mercado por una innovación tecnológica, tal vez cambie de línea de producción. Otro punto interesante, es que los trabajos en servicios son los mejor pagos. Como dice el economista Donald J. Boudreaux, los padres no les dicen a sus hijos "nene, cuando seas grande quiero que trabajes en una fábrica de rulemanes"! Les dicen "quiero que seas médico, quiero que sea abogado", o sea ¡profesiones que son consideradas como servicios! Lo que quiere decir que el buen Zaiat en realidad quiere forzar a sus compatriotas mediante políticas proteccionistas a trabajar en trabajos mal pagados para ver satisfacer sus delirios de grandeza nacionalista.
Esta es la mentalidad que tiene el gobierno kirchnerista y sus aliados. La ley de tierras es un intento más de llevar al país por el sendero equivocado, de locuras nacionalistas vacías que nada tienen que ver con la economía. Desde mi punto de vista, este nacionalismo bien puede ser considerado parte de la "imbecilidad estructural" de la que habla Forster.
Si esto es el nacionalismo, si todo en la política debe girar en torno a un pedazo de papel llamado pasaporte, a todos los nacionalistas les deseo una pronta recuperación.
Tal vez cuando de criticar al oficialismo se trate, nadie expresó tan bien una crítica como el filósofo oficialista Ricardo Forster. "Imbecilidad estructural", dijo Forster al referirse al programa afín al gobierno 678 que se emite por canal 7.
En esa "Imbecilidad estructural" conviven ideas obtusas, conspiraciones, el rechazo de la causalidad (causa y efecto) y el enemigo ficticio, aquél que es egoísta, el gorila, el oligarca. A esa estructura se le suman ideas de economía que en realidad no tienen absolutamente nada que ver con la economía, sino que esconden un fin perverso. Hacer de la palabra "extranjero" una mala palabra en un país que fue creado por extranjeros de todas las razas junto con nativos. Hacer de la industria un orgullo de grandeza nacional, es otra de las ideas de falsa economía.
Ministros y funcionarios kirchneristas no se cansan de hablar sobre la "extranjerización de la economía", la cual al parecer es un grave problema heredado de la década de los '90 que afortunadamente ellos han venido a reparar. En esta línea escribe Zaiat. El argumento es simple. En los '90 los extranjeros compraron empresas argentinas y el dinero que ganaban aquí se lo llevaban afuera del país en concepto de remisión de utilidades. La política de libre comercio produjo una desindustrialización del país ya que la gente al comprar un producto importado dejaba de comprar uno nacional, generando así desempleo en la economía local. Esto se veía reflejado en el déficit comercial. Entonces nos endeudábamos para mantener a las empresas extranjeras y que así podían seguir contratando más empleados en sus países de origen. Este argumento se podría resumir en una frase: "se venían a llevar la plata del pueeeeblooo". Claro que ridiculizar no es la idea de este texto, pero esos argumentos ridículos a veces tienen su raíz en cosas un poco más sofisticadas, pero erróneas al fin.
Es increíble que gente que cree saber de economía haga este argumento, lo he escuchado incluso de boca de estudiantes universitarios. Cada vez que lo escucho no puedo evitar agarrarme la cabeza al mejor estilo facepalm. Ahora, ¿cómo se tiene un déficit comercial? Una forma es pidiendo prestado y luego comprando productos importados ¿No? Bueno, este cuentito pretende invertir este orden lógico. Lo que pretende es que primero compramos productos importados, ¡y luego pedimos prestado el dinero para pagarlos! Absolutamente ridículo, por el simple hecho de que para comprar algo primero se necesita pedir prestado el dinero. Ningún comerciante va a vendernos algo porque le prometamos que vamos a sacar un préstamo mañana para pagarle. Por lo tanto, la deuda pública fue en todo caso la que generó el déficit comercial. No al revés. O sea, el estado tomó deuda pública para pagar jubilaciones, sueldos etc. y la gente la gastó en bienes importados etc.
Lo que Zaiat y compañía no entienden, es que todo ese dinero que se llevan los extranjeros del país equivale a demanda futura por nuestros bienes y servicios. Ahora a esta altura hay algunos que dirían: "no cuando tenés 200 países para competir". El ejemplo que me gusta dar es, imaginen al mundo como Argentina y el resto del mundo. O sea, hay solo 2 países, uno es Argentina y el otro el resto del mundo. Si el resto del mundo le vende a Argentina y gana dinero ¡lo hace para en el futuro volver y comprar productos de Argentina! Ya que el objetivo de producir es obtener el poder adquisitivo para comprar productos. Es más, si solo hay 2 actores en un mercado, y uno se rehúsa a comprarle al otro porque solo quiere venderle, va a llegar un momento en que el comercio entre ambos va a parar ya que la velocidad de circulación del dinero va a ser nula, uno por no tener más dinero y el otro por tener y no querer usarlo. Eso es lo que pasa con la política proteccionista, hace más lenta la velocidad de circulación del dinero en el mercado internacional, lo que nos perjudica ya que implica que vamos a tener menor demanda por nuestros productos.
No, no hay ningún problema con la balanza de pagos. Como explica Paul Krugman en su blog, la cuenta capital y la cuenta corriente de la balanza de pagos tienen que sumar cero. Es un hecho ya que una inyección de capital produce un déficit comercial mediante la apreciación del tipo de cambio, el aumento del nivel de precios o algún otro cambio en la economía real que afecta flujos comerciales. Si, el mismo Krugman que ganó el premio Nobel de economía por "su análisis de los patrones comerciales y la localización de la actividad económica" pincha el mito de la balanza de pagos.
Como vemos, este argumento proteccionista de la "extranjerización" de la economía se basa en la balanza de pagos. Pero como Paul Krugman explica, la balanza de pagos se balancea sola. No se necesita a ningún gobierno imponiendo barreras proteccionistas para evitar la "extranjerización". Este argumento, está claro, nada tiene que ver con la economía.
Personalmente, lo que más me molesta de este argumento anti-extranjerización es que de alguna forma implica que algo tan trivial como el pasaporte del presidente de la empresa a la cual le compramos la gasolina u otros de los productos diarios nos hace alguna diferencia. Demolido el argumento de la balanza de pagos, ¿cuál es la diferencia para un consumidor si el producto que compra es de una empresa cuyo presidente tiene pasaporte nacional o extranjero? ¿Cual es la diferencia para un trabajador si el presidente de la empresa para la que trabaja tiene pasaporte nacional o extranjero? No hay respuesta porque no hay diferencia. Lo que yace debajo de este argumento anti-extranjerización es un nacionalismo vacío de todo contenido, tan vacío de contenido que lo único que importa es el pasaporte. ¿Puede usted contemplar que una política seria gire en torno a un pedazo de papel?
Con respecto al tema de la desindustrialización, el hecho de que haya menos trabajo en las fábricas hoy en día no quiere decir que debamos volver a métodos de producción antiguos para dar más trabajo. Hoy en día la mayor parte de la población en todo el mundo trabaja en los servicios, ya que la automatización de los procesos industriales ha liberado mano de obra de la industria para satisfacer otras necesidades. El hecho de que las industrias sean concentradas es algo bueno ya que las economías de escala benefician a la población al producir más barato. Pero que una empresa concentre un mercado no quiere decir que deje de haber oportunidades redituables. Cuando una empresa ya no puede mantenerse en el mercado por una innovación tecnológica, tal vez cambie de línea de producción. Otro punto interesante, es que los trabajos en servicios son los mejor pagos. Como dice el economista Donald J. Boudreaux, los padres no les dicen a sus hijos "nene, cuando seas grande quiero que trabajes en una fábrica de rulemanes"! Les dicen "quiero que seas médico, quiero que sea abogado", o sea ¡profesiones que son consideradas como servicios! Lo que quiere decir que el buen Zaiat en realidad quiere forzar a sus compatriotas mediante políticas proteccionistas a trabajar en trabajos mal pagados para ver satisfacer sus delirios de grandeza nacionalista.
Esta es la mentalidad que tiene el gobierno kirchnerista y sus aliados. La ley de tierras es un intento más de llevar al país por el sendero equivocado, de locuras nacionalistas vacías que nada tienen que ver con la economía. Desde mi punto de vista, este nacionalismo bien puede ser considerado parte de la "imbecilidad estructural" de la que habla Forster.
Si esto es el nacionalismo, si todo en la política debe girar en torno a un pedazo de papel llamado pasaporte, a todos los nacionalistas les deseo una pronta recuperación.
jueves, 8 de septiembre de 2011
Clarín, Magnetto, Noble, Sociedad Rural y Compañía
Hay una involución del pensamiento en Argentina desde hace ya varios años. Desde los programas de la TV Pública como 678 y demás propaladoras de la propaganda oficial se repite incansablemente, día tras día, la tesis de que los problemas que enfrenta Argentina están exclusivamente relacionados con un pequeño y selecto grupo de ricos y poderosos que se oponen al sistema democrático y los medios de prensa que controlan (como el grupo Clarín) no son más que voceros de esos inmundos y egoístas (especialmente egoístas) intereses. Por lo tanto, este pequeño grupo de personas ricas y poderosas controlan la opinión pública mediante sus medios de comunicación y así logran torcer el debate político a su propia conveniencia e inclusive elegir los candidatos a presidente.
Cualquiera que lea los comentarios de los militantes kirchneristas en internet va a reconocer de inmediato este discurso que recitan casi de memoria. Hoy acabo de leer una nota en La Nación del ex secretario de cultura del gobierno nacional, José Nun. El argumento de Nun es que el problema no son los pobres, sino los ricos. O sea, el problema no es la pobreza que afecta a tantas personas en el país, sino que el problema es el egoísmo de un pequeño grupo de ricos que se benefician de un sistema tributario al que Nun considera regresivo. Entre las acusaciones que Nun hace a ese grupo de ricos (a los que no nombra), están la evasión de impuestos, ser partícipes necesarios de la corrupción, la fuga de capitales y la concentración de la industria en pocas manos, lo que lleva al ex secretario a señalar la condición de "formadores de precios".
Nun no es ningún tonto, inclusive él mismo admite en la nota que existen ricos en Argentina que han ganado su dinero honestamente generando empleo para el país. Si entendemos de donde viene la crítica de Nun, o sea desde el kirchnerismo intelectual, está más que claro quienes serían los ricos "buenos" y los ricos "malos" a los que se cree con derecho a juzgar. Está claro que en la lista de ricos "buenos" de Nun tendríamos a los ejemplares empresarios que han hecho fortuna bajo la sombra del kirchnerismo, como el magnate de los casinos y reciente empresario petrolero Cristóbal López, amigo de Néstor Kirchner desde sus épocas de Gobernador en Santa Cruz, o los Werthein, prósperos empresarios (ahora dueños del 40% de Telecom gracias a la mano de Néstor Kirchner). No nos olvidemos de la familia Eskenazi, banqueros de Santa Cruz, hoy en día controlan la petrolera más grande del país. Todos estos serían los grandes emprendedores del Kirchnerismo, los "buenos" ricos para Nun, que lograron hacer su fortuna gracias a trabajar honestamente, sin romper la ley y pagando sus impuestos. Hay un problema, esos sectores donde los empresarios K han descollado, son los sectores más regulados de la economía, donde nadie puede entrar sin la aprobación del gobierno nacional.
Siguiendo con el relato K, los empresarios "malos" de Nun serían La Sociedad Rural Argentina, el hiper-denostado Héctor Magnetto (a quién no hay día en el cual los medios de comunicación K no culpen de absolutamente todo), el Grupo Clarín, Hernestina Herrera de Noble etc. Todos ellos serían los oligarcas, o sea los ricos "malos" de Nun.
Más allá de la división entre buenos y malos de la cual Nun se cree con autoridad moral para juzgar, hay un razonamiento mucho más perverso en el fondo. El argumento, tanto de Nun como del relato K, es que todo sucede por la acción directa de un grupo de inmundos ricos y poderosos que controlan la sociedad bajo sus propios intereses inconfesables.
Este razonamiento es el razonamiento humano más primitivo. Nos remite a la época de las cavernas y cavernícolas. ¿Por qué? Porque simplemente implica negar que los hechos y sucesos que ocurren en la sociedad se dan por la lógica de acción y reacción. Los cavernícolas no comprendían que las acciones tienen reacciones, entonces cuando veían llover, inventaban el dios de la lluvia. Cuando veían un trueno, el dios del trueno. O cuando veían a otro cavernícola moviendo la boca desde lejos, y luego de un momento oían el eco llegar, tampoco podían entender eso, tenía que haber alguien físicamente haciendo el eco. Esta mentalidad inclusive se usa para negar el ataque a las torres gemelas en wall street, con el bizarro argumento de que fue un "inside job" del gobierno de Bush. O incluse es la mentalidad detrás de los que niegan el Holocausto Judío. Todo es culpa de un pequeño grupo de gente rica, inmunda y EGOISTA. El egoismo es el problema, y la justificación para todo.
De la misma forma, la inflación se genera por la concentración empresaria, no por la emisión monetaria del gobierno. A su vez la concentración empresaria se genera por el egoísmo de aquél inmundo y pequeño grupo de ricos que quieren poner los precios "a piacere" y así hacerles pagar al pueblo los impuestos que ellos deberían pagar. La concentración no se genera por el marco regulatorio que impone el gobierno ni los controles de precios que han llevado a la quiebra a muchas empresas del sector lácteo por ejemplo, dejando en el mercado a las empresas más grandes que sí pueden absorber los mayores costos por sus economías de escala. La corrupción, también es culpa del egoísmo de los ricos, no es una reacción al intervencionismo estatal en todos los sectores de la economía.
El conflicto con el campo del 2008, también fue pergeñado por el egoísmo de la Sociedad Rural, Magnetto, Noble y compañía, que intentaron desestabilizar al gobierno en aquél momento para imponer sus propios intereses por sobre los de la sociedad. Nada tiene que ver el aumento de retenciones draconiano que la gestión de Cristina Kirchner quiso imponer a los agricultores, todo fue planeado y realizado por aquél grupo de ricos "malos" que quisieron imponer sus intereses.
Ahora miren a su alrededor. ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda del Sr. Magnetto? ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda de la Sociedad Rural? Claro que no, lo que necesitamos es protegernos de megalomaníacos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas, que noticas consumimos y cuanto dinero puede una persona en Argentina ganar. No necesitamos a Nun para que nos proteja de La Serenísma, sino que necesitamos protejernos de las regulaciones de su propio gobierno que destruyen la competencia y de las políticas monetarias de generan la inflación. Necesitamos que Nun y su gobierno dejen de controlar la economía para que los ciudadanos tengamos más libertad de elegir. No necesitamos que el gobierno nos venda el cuento de que fabricamos celulares en el país para justificar el proteccionismo que sufrimos todos los argentinos, por el cual todos los electrónicos valen el doble de lo que valen en Chile. Necesitamos tener libertad para elegir que comprar, si nacional o importado, tiene que ser una decisión nuestra no de Nun ni de su gobierno.
Ahora si seguimos con el razonamiento del egoísmo, ¿Quien puso a Perón? Como pudo haber sido que Perón haya gobernado Argentina por tanto tiempo. O mejor aún ¿Quien puso a Kirchner? Parecen errores demasiado grandes para la infalible elite de archi-ricos egoístas que controlan todo lo que sucede en el país. A nivel internacional esta tesis se torna mucho más ridícula, ¿Quien puso a Lenin en Rusia? ¿O A fidel en Cuba? ¿O a Mao en China? ¿O a Kim Jong Il en Corea del Norte? Parecen demasiados descuidos para el infalible egoísmo mundial.
No, el egoísmo no es el problema, tampoco lo son las corporaciones. El problema son los políticos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas. Es preciso desenmascarar al pensamiento cavernícola por lo que realmente es, el cual nada tiene que ver con un supuesto librepensamiento, sino que tiene más que ver con el deseo de algunos políticos de controlar cada aspecto de nuestras vidas mediante el monopolio de la violencia.
Evitemos pensar como cavernícolas en el siglo XXI. Abracemos la racionalidad. Porque las acciones tienen reacciones.
Cualquiera que lea los comentarios de los militantes kirchneristas en internet va a reconocer de inmediato este discurso que recitan casi de memoria. Hoy acabo de leer una nota en La Nación del ex secretario de cultura del gobierno nacional, José Nun. El argumento de Nun es que el problema no son los pobres, sino los ricos. O sea, el problema no es la pobreza que afecta a tantas personas en el país, sino que el problema es el egoísmo de un pequeño grupo de ricos que se benefician de un sistema tributario al que Nun considera regresivo. Entre las acusaciones que Nun hace a ese grupo de ricos (a los que no nombra), están la evasión de impuestos, ser partícipes necesarios de la corrupción, la fuga de capitales y la concentración de la industria en pocas manos, lo que lleva al ex secretario a señalar la condición de "formadores de precios".
Nun no es ningún tonto, inclusive él mismo admite en la nota que existen ricos en Argentina que han ganado su dinero honestamente generando empleo para el país. Si entendemos de donde viene la crítica de Nun, o sea desde el kirchnerismo intelectual, está más que claro quienes serían los ricos "buenos" y los ricos "malos" a los que se cree con derecho a juzgar. Está claro que en la lista de ricos "buenos" de Nun tendríamos a los ejemplares empresarios que han hecho fortuna bajo la sombra del kirchnerismo, como el magnate de los casinos y reciente empresario petrolero Cristóbal López, amigo de Néstor Kirchner desde sus épocas de Gobernador en Santa Cruz, o los Werthein, prósperos empresarios (ahora dueños del 40% de Telecom gracias a la mano de Néstor Kirchner). No nos olvidemos de la familia Eskenazi, banqueros de Santa Cruz, hoy en día controlan la petrolera más grande del país. Todos estos serían los grandes emprendedores del Kirchnerismo, los "buenos" ricos para Nun, que lograron hacer su fortuna gracias a trabajar honestamente, sin romper la ley y pagando sus impuestos. Hay un problema, esos sectores donde los empresarios K han descollado, son los sectores más regulados de la economía, donde nadie puede entrar sin la aprobación del gobierno nacional.
Siguiendo con el relato K, los empresarios "malos" de Nun serían La Sociedad Rural Argentina, el hiper-denostado Héctor Magnetto (a quién no hay día en el cual los medios de comunicación K no culpen de absolutamente todo), el Grupo Clarín, Hernestina Herrera de Noble etc. Todos ellos serían los oligarcas, o sea los ricos "malos" de Nun.
Más allá de la división entre buenos y malos de la cual Nun se cree con autoridad moral para juzgar, hay un razonamiento mucho más perverso en el fondo. El argumento, tanto de Nun como del relato K, es que todo sucede por la acción directa de un grupo de inmundos ricos y poderosos que controlan la sociedad bajo sus propios intereses inconfesables.
Este razonamiento es el razonamiento humano más primitivo. Nos remite a la época de las cavernas y cavernícolas. ¿Por qué? Porque simplemente implica negar que los hechos y sucesos que ocurren en la sociedad se dan por la lógica de acción y reacción. Los cavernícolas no comprendían que las acciones tienen reacciones, entonces cuando veían llover, inventaban el dios de la lluvia. Cuando veían un trueno, el dios del trueno. O cuando veían a otro cavernícola moviendo la boca desde lejos, y luego de un momento oían el eco llegar, tampoco podían entender eso, tenía que haber alguien físicamente haciendo el eco. Esta mentalidad inclusive se usa para negar el ataque a las torres gemelas en wall street, con el bizarro argumento de que fue un "inside job" del gobierno de Bush. O incluse es la mentalidad detrás de los que niegan el Holocausto Judío. Todo es culpa de un pequeño grupo de gente rica, inmunda y EGOISTA. El egoismo es el problema, y la justificación para todo.
De la misma forma, la inflación se genera por la concentración empresaria, no por la emisión monetaria del gobierno. A su vez la concentración empresaria se genera por el egoísmo de aquél inmundo y pequeño grupo de ricos que quieren poner los precios "a piacere" y así hacerles pagar al pueblo los impuestos que ellos deberían pagar. La concentración no se genera por el marco regulatorio que impone el gobierno ni los controles de precios que han llevado a la quiebra a muchas empresas del sector lácteo por ejemplo, dejando en el mercado a las empresas más grandes que sí pueden absorber los mayores costos por sus economías de escala. La corrupción, también es culpa del egoísmo de los ricos, no es una reacción al intervencionismo estatal en todos los sectores de la economía.
El conflicto con el campo del 2008, también fue pergeñado por el egoísmo de la Sociedad Rural, Magnetto, Noble y compañía, que intentaron desestabilizar al gobierno en aquél momento para imponer sus propios intereses por sobre los de la sociedad. Nada tiene que ver el aumento de retenciones draconiano que la gestión de Cristina Kirchner quiso imponer a los agricultores, todo fue planeado y realizado por aquél grupo de ricos "malos" que quisieron imponer sus intereses.
Ahora miren a su alrededor. ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda del Sr. Magnetto? ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda de la Sociedad Rural? Claro que no, lo que necesitamos es protegernos de megalomaníacos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas, que noticas consumimos y cuanto dinero puede una persona en Argentina ganar. No necesitamos a Nun para que nos proteja de La Serenísma, sino que necesitamos protejernos de las regulaciones de su propio gobierno que destruyen la competencia y de las políticas monetarias de generan la inflación. Necesitamos que Nun y su gobierno dejen de controlar la economía para que los ciudadanos tengamos más libertad de elegir. No necesitamos que el gobierno nos venda el cuento de que fabricamos celulares en el país para justificar el proteccionismo que sufrimos todos los argentinos, por el cual todos los electrónicos valen el doble de lo que valen en Chile. Necesitamos tener libertad para elegir que comprar, si nacional o importado, tiene que ser una decisión nuestra no de Nun ni de su gobierno.
Ahora si seguimos con el razonamiento del egoísmo, ¿Quien puso a Perón? Como pudo haber sido que Perón haya gobernado Argentina por tanto tiempo. O mejor aún ¿Quien puso a Kirchner? Parecen errores demasiado grandes para la infalible elite de archi-ricos egoístas que controlan todo lo que sucede en el país. A nivel internacional esta tesis se torna mucho más ridícula, ¿Quien puso a Lenin en Rusia? ¿O A fidel en Cuba? ¿O a Mao en China? ¿O a Kim Jong Il en Corea del Norte? Parecen demasiados descuidos para el infalible egoísmo mundial.
No, el egoísmo no es el problema, tampoco lo son las corporaciones. El problema son los políticos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas. Es preciso desenmascarar al pensamiento cavernícola por lo que realmente es, el cual nada tiene que ver con un supuesto librepensamiento, sino que tiene más que ver con el deseo de algunos políticos de controlar cada aspecto de nuestras vidas mediante el monopolio de la violencia.
Evitemos pensar como cavernícolas en el siglo XXI. Abracemos la racionalidad. Porque las acciones tienen reacciones.
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