Ayer mirando Código Político por TN me econtré con una mesa de discusión sobre la ley de medios y el 7D, compuesta por el Dr. Martín Becerra (especialista en comunicación y uno de los ideólogos de la ley de medios), y los diputados Oscar Aguad (UCR) y Victoria donda (FAP).
Si bien todos tenían posturas mas o menos críticas de la aplicación de la ley, el argumento principal de Becerra en defensa de la ley es que según él la misma incorpora derechos a grupos que antes estaban marginados de la comunicación.
El constante ataque del gobierno nacional a la justicia y al grupo Clarín por la aplicación de la claúsula de desinversión de la ley de medios que está frenada en la justicia, contrasta con la compra de radios y canales por parte de empresarios amigos del gobierno como Cristóbal López y las recientes declaraciones de Sabbatella, el funcionario nacional encargado de la aplicación de la ley de medios, sobre que Telefónica no tiene medios en Argentina. Claramente, lo que ha cambiado con la ley no tiene que ver con la ampliación de derechos para grupos marginados, sino que tiene que ver con la habilidad del gobierno de elegir ganadores y perdedores. Así el Kirchnerismo tiene el poder para desguazar al grupo Clarín y mientras tanto permitir que empresarios amigos compren medios.
Según Donda esto sucede porque el gobierno no respeta la ley. Pero esa inocencia por parte del FAP para desligarse de la resposabilidad de haber votado favorablemente casi todas las leyes al kirchnerismo ya no es creible. Cada vez que escucho a un legislador del FAP decir que "el gobierno tiene que respetar la ley", me suena a cinismo. Si realmente creen que el gobierno no respeta la ley ¿Por qué les votan todas las leyes? Especialmente leyes como la ley de medios, que le dan total discreción al gobierno nacional para escoger ganadores y perdedores y luego, cuando ven que el gobierno hace lo que quiere con el poder que le concedieron se exculpan diciendo "no votamos la ley para esto". Cinismo puro, ni más ni menos.
La realidad es que la idea de que el estado nos tenga que proveer un medio de comunicación a todos es una idea que no tiene nada que con la libertad de expresión, por el simple motivo de que la libertad de expresión no puede ser contrapuesta con la libertad de empresa. No se puede separar la libertad de expresión de la libertad de empresa, después de todo la libertad es una sola. Es como si a usted le dieran un medio de comunicación y le dijeran que no puede llegar a más del 35% de la población porque la ley lo prohibe ¡No vaya a ser cosa que difunda contenidos subversivos a toda la población! Claramente es un límite para la libertad de expresión.
Hoy La Iglesia emitió un documento muy interesante, en el mismo afirma:
"A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica."
Las presiones que inhiben la libertad de expresión que menciona La Iglesia se ven todos los días por parte del gobierno nacional. Todo indica esas presiones van a aumentar. Es el momento más difícil para la libertad de expresión en Argentina en mucho tiempo, y los responsables van a tener que hacerse cargo. Ya no sirve decir "yo no voté la ley para esto". El daño ya está hecho.
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viernes, 30 de noviembre de 2012
jueves, 8 de septiembre de 2011
Clarín, Magnetto, Noble, Sociedad Rural y Compañía
Hay una involución del pensamiento en Argentina desde hace ya varios años. Desde los programas de la TV Pública como 678 y demás propaladoras de la propaganda oficial se repite incansablemente, día tras día, la tesis de que los problemas que enfrenta Argentina están exclusivamente relacionados con un pequeño y selecto grupo de ricos y poderosos que se oponen al sistema democrático y los medios de prensa que controlan (como el grupo Clarín) no son más que voceros de esos inmundos y egoístas (especialmente egoístas) intereses. Por lo tanto, este pequeño grupo de personas ricas y poderosas controlan la opinión pública mediante sus medios de comunicación y así logran torcer el debate político a su propia conveniencia e inclusive elegir los candidatos a presidente.
Cualquiera que lea los comentarios de los militantes kirchneristas en internet va a reconocer de inmediato este discurso que recitan casi de memoria. Hoy acabo de leer una nota en La Nación del ex secretario de cultura del gobierno nacional, José Nun. El argumento de Nun es que el problema no son los pobres, sino los ricos. O sea, el problema no es la pobreza que afecta a tantas personas en el país, sino que el problema es el egoísmo de un pequeño grupo de ricos que se benefician de un sistema tributario al que Nun considera regresivo. Entre las acusaciones que Nun hace a ese grupo de ricos (a los que no nombra), están la evasión de impuestos, ser partícipes necesarios de la corrupción, la fuga de capitales y la concentración de la industria en pocas manos, lo que lleva al ex secretario a señalar la condición de "formadores de precios".
Nun no es ningún tonto, inclusive él mismo admite en la nota que existen ricos en Argentina que han ganado su dinero honestamente generando empleo para el país. Si entendemos de donde viene la crítica de Nun, o sea desde el kirchnerismo intelectual, está más que claro quienes serían los ricos "buenos" y los ricos "malos" a los que se cree con derecho a juzgar. Está claro que en la lista de ricos "buenos" de Nun tendríamos a los ejemplares empresarios que han hecho fortuna bajo la sombra del kirchnerismo, como el magnate de los casinos y reciente empresario petrolero Cristóbal López, amigo de Néstor Kirchner desde sus épocas de Gobernador en Santa Cruz, o los Werthein, prósperos empresarios (ahora dueños del 40% de Telecom gracias a la mano de Néstor Kirchner). No nos olvidemos de la familia Eskenazi, banqueros de Santa Cruz, hoy en día controlan la petrolera más grande del país. Todos estos serían los grandes emprendedores del Kirchnerismo, los "buenos" ricos para Nun, que lograron hacer su fortuna gracias a trabajar honestamente, sin romper la ley y pagando sus impuestos. Hay un problema, esos sectores donde los empresarios K han descollado, son los sectores más regulados de la economía, donde nadie puede entrar sin la aprobación del gobierno nacional.
Siguiendo con el relato K, los empresarios "malos" de Nun serían La Sociedad Rural Argentina, el hiper-denostado Héctor Magnetto (a quién no hay día en el cual los medios de comunicación K no culpen de absolutamente todo), el Grupo Clarín, Hernestina Herrera de Noble etc. Todos ellos serían los oligarcas, o sea los ricos "malos" de Nun.
Más allá de la división entre buenos y malos de la cual Nun se cree con autoridad moral para juzgar, hay un razonamiento mucho más perverso en el fondo. El argumento, tanto de Nun como del relato K, es que todo sucede por la acción directa de un grupo de inmundos ricos y poderosos que controlan la sociedad bajo sus propios intereses inconfesables.
Este razonamiento es el razonamiento humano más primitivo. Nos remite a la época de las cavernas y cavernícolas. ¿Por qué? Porque simplemente implica negar que los hechos y sucesos que ocurren en la sociedad se dan por la lógica de acción y reacción. Los cavernícolas no comprendían que las acciones tienen reacciones, entonces cuando veían llover, inventaban el dios de la lluvia. Cuando veían un trueno, el dios del trueno. O cuando veían a otro cavernícola moviendo la boca desde lejos, y luego de un momento oían el eco llegar, tampoco podían entender eso, tenía que haber alguien físicamente haciendo el eco. Esta mentalidad inclusive se usa para negar el ataque a las torres gemelas en wall street, con el bizarro argumento de que fue un "inside job" del gobierno de Bush. O incluse es la mentalidad detrás de los que niegan el Holocausto Judío. Todo es culpa de un pequeño grupo de gente rica, inmunda y EGOISTA. El egoismo es el problema, y la justificación para todo.
De la misma forma, la inflación se genera por la concentración empresaria, no por la emisión monetaria del gobierno. A su vez la concentración empresaria se genera por el egoísmo de aquél inmundo y pequeño grupo de ricos que quieren poner los precios "a piacere" y así hacerles pagar al pueblo los impuestos que ellos deberían pagar. La concentración no se genera por el marco regulatorio que impone el gobierno ni los controles de precios que han llevado a la quiebra a muchas empresas del sector lácteo por ejemplo, dejando en el mercado a las empresas más grandes que sí pueden absorber los mayores costos por sus economías de escala. La corrupción, también es culpa del egoísmo de los ricos, no es una reacción al intervencionismo estatal en todos los sectores de la economía.
El conflicto con el campo del 2008, también fue pergeñado por el egoísmo de la Sociedad Rural, Magnetto, Noble y compañía, que intentaron desestabilizar al gobierno en aquél momento para imponer sus propios intereses por sobre los de la sociedad. Nada tiene que ver el aumento de retenciones draconiano que la gestión de Cristina Kirchner quiso imponer a los agricultores, todo fue planeado y realizado por aquél grupo de ricos "malos" que quisieron imponer sus intereses.
Ahora miren a su alrededor. ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda del Sr. Magnetto? ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda de la Sociedad Rural? Claro que no, lo que necesitamos es protegernos de megalomaníacos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas, que noticas consumimos y cuanto dinero puede una persona en Argentina ganar. No necesitamos a Nun para que nos proteja de La Serenísma, sino que necesitamos protejernos de las regulaciones de su propio gobierno que destruyen la competencia y de las políticas monetarias de generan la inflación. Necesitamos que Nun y su gobierno dejen de controlar la economía para que los ciudadanos tengamos más libertad de elegir. No necesitamos que el gobierno nos venda el cuento de que fabricamos celulares en el país para justificar el proteccionismo que sufrimos todos los argentinos, por el cual todos los electrónicos valen el doble de lo que valen en Chile. Necesitamos tener libertad para elegir que comprar, si nacional o importado, tiene que ser una decisión nuestra no de Nun ni de su gobierno.
Ahora si seguimos con el razonamiento del egoísmo, ¿Quien puso a Perón? Como pudo haber sido que Perón haya gobernado Argentina por tanto tiempo. O mejor aún ¿Quien puso a Kirchner? Parecen errores demasiado grandes para la infalible elite de archi-ricos egoístas que controlan todo lo que sucede en el país. A nivel internacional esta tesis se torna mucho más ridícula, ¿Quien puso a Lenin en Rusia? ¿O A fidel en Cuba? ¿O a Mao en China? ¿O a Kim Jong Il en Corea del Norte? Parecen demasiados descuidos para el infalible egoísmo mundial.
No, el egoísmo no es el problema, tampoco lo son las corporaciones. El problema son los políticos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas. Es preciso desenmascarar al pensamiento cavernícola por lo que realmente es, el cual nada tiene que ver con un supuesto librepensamiento, sino que tiene más que ver con el deseo de algunos políticos de controlar cada aspecto de nuestras vidas mediante el monopolio de la violencia.
Evitemos pensar como cavernícolas en el siglo XXI. Abracemos la racionalidad. Porque las acciones tienen reacciones.
Cualquiera que lea los comentarios de los militantes kirchneristas en internet va a reconocer de inmediato este discurso que recitan casi de memoria. Hoy acabo de leer una nota en La Nación del ex secretario de cultura del gobierno nacional, José Nun. El argumento de Nun es que el problema no son los pobres, sino los ricos. O sea, el problema no es la pobreza que afecta a tantas personas en el país, sino que el problema es el egoísmo de un pequeño grupo de ricos que se benefician de un sistema tributario al que Nun considera regresivo. Entre las acusaciones que Nun hace a ese grupo de ricos (a los que no nombra), están la evasión de impuestos, ser partícipes necesarios de la corrupción, la fuga de capitales y la concentración de la industria en pocas manos, lo que lleva al ex secretario a señalar la condición de "formadores de precios".
Nun no es ningún tonto, inclusive él mismo admite en la nota que existen ricos en Argentina que han ganado su dinero honestamente generando empleo para el país. Si entendemos de donde viene la crítica de Nun, o sea desde el kirchnerismo intelectual, está más que claro quienes serían los ricos "buenos" y los ricos "malos" a los que se cree con derecho a juzgar. Está claro que en la lista de ricos "buenos" de Nun tendríamos a los ejemplares empresarios que han hecho fortuna bajo la sombra del kirchnerismo, como el magnate de los casinos y reciente empresario petrolero Cristóbal López, amigo de Néstor Kirchner desde sus épocas de Gobernador en Santa Cruz, o los Werthein, prósperos empresarios (ahora dueños del 40% de Telecom gracias a la mano de Néstor Kirchner). No nos olvidemos de la familia Eskenazi, banqueros de Santa Cruz, hoy en día controlan la petrolera más grande del país. Todos estos serían los grandes emprendedores del Kirchnerismo, los "buenos" ricos para Nun, que lograron hacer su fortuna gracias a trabajar honestamente, sin romper la ley y pagando sus impuestos. Hay un problema, esos sectores donde los empresarios K han descollado, son los sectores más regulados de la economía, donde nadie puede entrar sin la aprobación del gobierno nacional.
Siguiendo con el relato K, los empresarios "malos" de Nun serían La Sociedad Rural Argentina, el hiper-denostado Héctor Magnetto (a quién no hay día en el cual los medios de comunicación K no culpen de absolutamente todo), el Grupo Clarín, Hernestina Herrera de Noble etc. Todos ellos serían los oligarcas, o sea los ricos "malos" de Nun.
Más allá de la división entre buenos y malos de la cual Nun se cree con autoridad moral para juzgar, hay un razonamiento mucho más perverso en el fondo. El argumento, tanto de Nun como del relato K, es que todo sucede por la acción directa de un grupo de inmundos ricos y poderosos que controlan la sociedad bajo sus propios intereses inconfesables.
Este razonamiento es el razonamiento humano más primitivo. Nos remite a la época de las cavernas y cavernícolas. ¿Por qué? Porque simplemente implica negar que los hechos y sucesos que ocurren en la sociedad se dan por la lógica de acción y reacción. Los cavernícolas no comprendían que las acciones tienen reacciones, entonces cuando veían llover, inventaban el dios de la lluvia. Cuando veían un trueno, el dios del trueno. O cuando veían a otro cavernícola moviendo la boca desde lejos, y luego de un momento oían el eco llegar, tampoco podían entender eso, tenía que haber alguien físicamente haciendo el eco. Esta mentalidad inclusive se usa para negar el ataque a las torres gemelas en wall street, con el bizarro argumento de que fue un "inside job" del gobierno de Bush. O incluse es la mentalidad detrás de los que niegan el Holocausto Judío. Todo es culpa de un pequeño grupo de gente rica, inmunda y EGOISTA. El egoismo es el problema, y la justificación para todo.
De la misma forma, la inflación se genera por la concentración empresaria, no por la emisión monetaria del gobierno. A su vez la concentración empresaria se genera por el egoísmo de aquél inmundo y pequeño grupo de ricos que quieren poner los precios "a piacere" y así hacerles pagar al pueblo los impuestos que ellos deberían pagar. La concentración no se genera por el marco regulatorio que impone el gobierno ni los controles de precios que han llevado a la quiebra a muchas empresas del sector lácteo por ejemplo, dejando en el mercado a las empresas más grandes que sí pueden absorber los mayores costos por sus economías de escala. La corrupción, también es culpa del egoísmo de los ricos, no es una reacción al intervencionismo estatal en todos los sectores de la economía.
El conflicto con el campo del 2008, también fue pergeñado por el egoísmo de la Sociedad Rural, Magnetto, Noble y compañía, que intentaron desestabilizar al gobierno en aquél momento para imponer sus propios intereses por sobre los de la sociedad. Nada tiene que ver el aumento de retenciones draconiano que la gestión de Cristina Kirchner quiso imponer a los agricultores, todo fue planeado y realizado por aquél grupo de ricos "malos" que quisieron imponer sus intereses.
Ahora miren a su alrededor. ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda del Sr. Magnetto? ¿Realmente necesitamos al gobierno para que nos defienda de la Sociedad Rural? Claro que no, lo que necesitamos es protegernos de megalomaníacos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas, que noticas consumimos y cuanto dinero puede una persona en Argentina ganar. No necesitamos a Nun para que nos proteja de La Serenísma, sino que necesitamos protejernos de las regulaciones de su propio gobierno que destruyen la competencia y de las políticas monetarias de generan la inflación. Necesitamos que Nun y su gobierno dejen de controlar la economía para que los ciudadanos tengamos más libertad de elegir. No necesitamos que el gobierno nos venda el cuento de que fabricamos celulares en el país para justificar el proteccionismo que sufrimos todos los argentinos, por el cual todos los electrónicos valen el doble de lo que valen en Chile. Necesitamos tener libertad para elegir que comprar, si nacional o importado, tiene que ser una decisión nuestra no de Nun ni de su gobierno.
Ahora si seguimos con el razonamiento del egoísmo, ¿Quien puso a Perón? Como pudo haber sido que Perón haya gobernado Argentina por tanto tiempo. O mejor aún ¿Quien puso a Kirchner? Parecen errores demasiado grandes para la infalible elite de archi-ricos egoístas que controlan todo lo que sucede en el país. A nivel internacional esta tesis se torna mucho más ridícula, ¿Quien puso a Lenin en Rusia? ¿O A fidel en Cuba? ¿O a Mao en China? ¿O a Kim Jong Il en Corea del Norte? Parecen demasiados descuidos para el infalible egoísmo mundial.
No, el egoísmo no es el problema, tampoco lo son las corporaciones. El problema son los políticos como Nun, que quieren controlar nuestras vidas. Es preciso desenmascarar al pensamiento cavernícola por lo que realmente es, el cual nada tiene que ver con un supuesto librepensamiento, sino que tiene más que ver con el deseo de algunos políticos de controlar cada aspecto de nuestras vidas mediante el monopolio de la violencia.
Evitemos pensar como cavernícolas en el siglo XXI. Abracemos la racionalidad. Porque las acciones tienen reacciones.
martes, 30 de agosto de 2011
El Ministerio de La Verdad Kirchnerista
El ministro (¿de La Verdad?) Florencio Randazzo volvió a la carga contra los medios de comunicación independientes del gobierno al anunciar los resultados definitivos de la elecciones primarias 2011. Especialmente contra Clarín y La Nación. Ante la pregunta del periodista Mariano Obarrio sobre si de ahora en más la prensa va a necesitar una autorización del gobierno para publicar, el ministro respondió: "Lo que tienen que tratar como periodistas es de buscar la verdad con absoluta objetividad".
Por alguna razón no pude adjuntar el video, dejo el link:
http://www.youtube.com/watch?v=iO1K0H7lN94&feature=player_embedded
Pregunta:
¿Quién le dijo a Randazzo que juzgar la veracidad y objetividad de la prensa está entre sus funciones?
Por alguna razón no pude adjuntar el video, dejo el link:
http://www.youtube.com/watch?v=iO1K0H7lN94&feature=player_embedded
Pregunta:
¿Quién le dijo a Randazzo que juzgar la veracidad y objetividad de la prensa está entre sus funciones?
miércoles, 24 de agosto de 2011
El Derecho a Mentir
Uno de los temas de este blog es la defensa del derecho a mentir. El argumento es simple, cuando se deja a la sociedad libre de todo control, las personas van a hacer cosas mal, más cosas bien que mal, pero en definitiva nadie tiene derecho a ordenarte qué hacer ni cómo actuar.
Ahora supongamos que alguien tiene una buena idea en la sociedad, si esa persona para dar a conocer sus ideas tiene que preocuparse por defenderse de un estado que lo acusa de mentir ¿Que pasaría con las buenas ideas? Está claro que el estado tendría la habilidad de parar las malas ideas que surgen de la sociedad, de las cuales hay muchas. Pero ¿Como se puede impedir que surjan las malas ideas y al mismo tiempo no impedir que sujan las buenas? De la misma forma ¿Cómo se puede impedir que surja la mentira, sin impedir que se conosca la verdad?
El punto de controlar quién miente en la sociedad se torna tan Orwelliano que surje la idea del Ministerio de la Verdad. Al darle el poder al monopolio de la violencia (el estado) sobre el caracter de verdad de lo que se informa en la sociedad, se está dejando el criterio de verdad en una visión parcializada. En este caso la de aquellos que detentan el poder estatal. Dejar semejante poder de regulación sobre la libertad de expresión de la sociedad en manos del estado implica que el mismo tendría la capacidad de decidir que se publica o se deja de publicar. La libertad de expresión, bajo ningún punto de vista debe ser regulada.
Eventos recientes en Argentina muestran la situación patética que vive la libertad de expresión en el país. Mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se cansa de decir que "jamás hubo tanta libertad de prensa en el país" o autodenominarse como un ícono de la libertad de expresión, hace poco más de un mes cerraron 2 quioscos del Mercado Central de Buenos Aires por orden del secretario de comercio interior, Guillermo Moreno, porque vendían el diario Clarín. Para hacer el hecho más explícito y que a nadie le quepa ninguna duda, colgaron una bandera con la incripción de "Clarín Miente". ¿Alguna notica reciente por ese acto delictivo? Nada. Impunindad total.
Si realmente Clarín miente no hay ningún problema, porque voy a hacer una afirmación categórica: Clarín tiene derecho a mentir.
Son los consumidores los que deben decidir que medio de comunicación eligen para informarse. Es la sociedad, mediante el voto diario que implica elegir consumir un medio y no otro, la que elige a quién creerle y a quién no. Después de todo, si una persona quiere que le mientan ¿Por qué deberíamos evitar que alguien le cumpla su deseo?
Y para los que pretenden que estas acciones están justificadas ya que Clarín es el multimedios mas grande del país, o sea por el tamaño del medio en cuestión, están doblemente equivocados. Ya que si no se pueden defender ellos, que son grandes ¿Como se supone que nos vamos a poder defender los ciudadanos comunes?
Si no hay libertad de expresión para Clarín, no hay libertad de expresión para nadie.
Ahora supongamos que alguien tiene una buena idea en la sociedad, si esa persona para dar a conocer sus ideas tiene que preocuparse por defenderse de un estado que lo acusa de mentir ¿Que pasaría con las buenas ideas? Está claro que el estado tendría la habilidad de parar las malas ideas que surgen de la sociedad, de las cuales hay muchas. Pero ¿Como se puede impedir que surjan las malas ideas y al mismo tiempo no impedir que sujan las buenas? De la misma forma ¿Cómo se puede impedir que surja la mentira, sin impedir que se conosca la verdad?
El punto de controlar quién miente en la sociedad se torna tan Orwelliano que surje la idea del Ministerio de la Verdad. Al darle el poder al monopolio de la violencia (el estado) sobre el caracter de verdad de lo que se informa en la sociedad, se está dejando el criterio de verdad en una visión parcializada. En este caso la de aquellos que detentan el poder estatal. Dejar semejante poder de regulación sobre la libertad de expresión de la sociedad en manos del estado implica que el mismo tendría la capacidad de decidir que se publica o se deja de publicar. La libertad de expresión, bajo ningún punto de vista debe ser regulada.
Eventos recientes en Argentina muestran la situación patética que vive la libertad de expresión en el país. Mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se cansa de decir que "jamás hubo tanta libertad de prensa en el país" o autodenominarse como un ícono de la libertad de expresión, hace poco más de un mes cerraron 2 quioscos del Mercado Central de Buenos Aires por orden del secretario de comercio interior, Guillermo Moreno, porque vendían el diario Clarín. Para hacer el hecho más explícito y que a nadie le quepa ninguna duda, colgaron una bandera con la incripción de "Clarín Miente". ¿Alguna notica reciente por ese acto delictivo? Nada. Impunindad total.
Si realmente Clarín miente no hay ningún problema, porque voy a hacer una afirmación categórica: Clarín tiene derecho a mentir.
Son los consumidores los que deben decidir que medio de comunicación eligen para informarse. Es la sociedad, mediante el voto diario que implica elegir consumir un medio y no otro, la que elige a quién creerle y a quién no. Después de todo, si una persona quiere que le mientan ¿Por qué deberíamos evitar que alguien le cumpla su deseo?
Y para los que pretenden que estas acciones están justificadas ya que Clarín es el multimedios mas grande del país, o sea por el tamaño del medio en cuestión, están doblemente equivocados. Ya que si no se pueden defender ellos, que son grandes ¿Como se supone que nos vamos a poder defender los ciudadanos comunes?
Si no hay libertad de expresión para Clarín, no hay libertad de expresión para nadie.
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