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lunes, 5 de marzo de 2012

Viva la importación!

En sus más de 3 horas de discurso con motivo de la apertura de las sesiones ordinarias del congreso, Cristina Kirchner defendió enérgicamente los controles a las importaciones. El argumento fue por un lado que las importaciones argentinas han aumentado, y por el otro la defensa de la industria nacional.

Lo que sucede es que las industrias protegidas por el gobierno se abastecen de insumos importados, por lo tanto la protección genera un aumento de las importaciones. Justamente lo que se quiere evitar con la política se sustitución de importaciones.

Ya he dado mi opinión al respecto de la política proteccionista del gobierno. La industrialización no puede ser el objetivo en la era post-industrial que vivimos. Solo pretendo agregar un par de datos a esta locura proteccionista. Tal vez hacer preguntas que molestan o hagan pensar.

La defensa más elaborada de la industria nacional que he leído fué en una reciente nota del economista Juan Llach en La Nación. Dice Llach:

"soy de los que creen que no es indiferente tener industria o no tenerla, por su mayor capacidad exportadora, por su mayor demanda de profesionales y técnicos, especialmente en ciencias duras y tecnologías, tan necesarios en toda América latina, y por su aporte al empleo que, aun limitado, es imposible reemplazar."

Cabe destacar que el mismo Llach reconoce que el aporte de la industria al empleo es limitado, tema absolutamente exagerado desde el gobierno nacional.

Llach hace una defensa de la industria nacional desde el punto de vista del capital humano que supuestamente se requiere por el hecho de tener fábricas. Pero si miramos a las adquisiciones entre grandes empresas en el mundo actual vemos que Google, una empresa de software que no fabrica nada, acaba de comprar a Motorola, una empresa líder fabricante de teléfonos celulares. Si la lógica de Llach fuera correcta, el recurso humano de una empresa como Motorola que cuenta con ingenieros especializados en antenas y demás cosas debería primar por sobre la simpleza de una empresa que produce software en oficinas.

Otro caso reciente es el de Oracle, empresa de software especializada en base de datos, que compró a Sun Microsystems uno de los principales fabricantes de servers para empresas. De vuelta los no-fabricantes compran a los que tienen fábricas. Si la industria fuera tan importante, las empresas manufactureras serían las que comprarían a las no-manufactureras, sin embargo vemos que sucede exactamente lo contrario. Vean el caso de Nokia, el fabricante celulares, que está tambaleando porque no ha podido desarrollar un software que atraiga a los consumidores. Sin embargo la empresa tiene fábricas e ingenieros expertos en antenas, entonces ¿Por que no compraron una empresa de software para poder competir con Apple Inc. o Android? Si la industria fuese tan importante e irremplazable, entonces deberían haber podido comprar un desarrollador de software desde su posición de fortaleza.

El caso de Apple Inc. es más que interesante. Apple es hoy la empresa más valiosa del mundo. Pero Apple no tiene fábricas. Si, la empresa más valiosa del mundo no fabrica nada. Lo que sucede es que Apple terceriza su producción a fabricantes asiáticos de bajos costos como Foxconn. Si la industria fuera tan importante ¿No debería la empresa más valiosa del mundo fabricar "algo"?

Otro dato interesante es el caso de mercadolibre, la puntocom más importante de Argentina que dá trabajo a más de 50000 personas. No sé cuantas fábricas se necesitarían para generar la misma cantidad de trabajo que mercadolibre, pero me animo a decir que muchas.

Nada indica que la industria manufacturera tenga la importancia ni el carácter imposible de reemplazar del que habla Llach. Todo lo contrario, la industria pierde poder frente a empresas sin fábricas con modelos de negocios más dinámicos. La post-industrialización llegó para quedarse.

domingo, 15 de enero de 2012

La industrialización como objetivo

Las recientes medidas intervencionistas en Argentina muestran una clara intención por parte del gobierno nacional de defender el proteccionismo a toda costa. A las restricciones para la compra de dólares se le han sumado el control total de las importaciones. Esto quiere decir que los ciudadanos se ven perjudicados al querer comprar moneda extranjera o productos extranjeros, todo en nombre de defender la industria nacional.

Más interesante se torna el tema cuando nos enteramos que esa industria nacional que se pretende defender, poco tiene de nacional y los productos que fabrican suelen ser meros ensamblajes de partes importadas, como informa Carlos Pagni hoy en La Nación. Eso es exactamente lo que pasa con el polo de la industria electrónica de Tierra del Fuego, excusa por la que todos los Argentinos pagamos los electrónicos hasta el doble de su precio.

La explicación para estas medidas económicas son que el gobierno quiere mantener el superávit comercial, razón por la cual se obliga en muchos casos a las empresas a exportar mercadería por el mismo valor como condición para importar.

Más allá de este dilema ya resuelto por Milton Friedman hace más de 50 años, cuando propuso dejar flotar libremente la moneda como solución a los desequilibrios externos del país emisor, hay una desición gubernamental de mantener el tipo de cambio administrado con un creciente proteccionismo. Esta decisión se puede entender desde la posición ideológica del gobierno en torno al comercio. Cristina Kirchner ha alabado públicamente al economista Aldo Ferrer, en motivo de la asunción de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del banco central, remarcando que ambos pertenecen a la misma corriente de pensamiento. Aldo Ferrer es el economista que propone "vivir con lo nuestro".

El creciente intervencionismo económico justificado en la defensa de la industria nacional muchas veces se entiende como lógico y hasta positivo por personas ajenas al gobierno, pero esto es algo que debe ser revisado. La industrialización fue el objetivo principal con el que nació la Unión Soviética, y la URSS logró una industrialización madura mientras que la gente sufría faltantes de productos de primera necesidad.

Pero la verdadera tragedia de esta historia de privaciones que vivimos los Argentinos en la actualidad (o parodia nacional y popular, como me gusta llamarla), es que se nos quiere forzar una industrialización en un mundo post-industrial, donde la industria ya no dá trabajo debido a la creciente automatización de los procesos industriales. No sólo la industria ya no dá la cantidad de trabajo que solía dar, sino que los trabajos en la industria son mal pagados. Los mejores trabajos están en el sector de servicios, donde se concentra la mayor parte del mercado de trabajo en esta sociedad post-industrial.

La solución pasa por cambiar el objetivo, el cual no debe ser la industrialización, sino el bienestar de la población en su conjunto abrazando la post-industrialización, dando lugar al mercado de capitales y al ajuste del sector industrial y de servicios de acuerdo a la demanda del mundo globalizado.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Vivir con lo nuestro = Vivir con lo puesto

Para entender como el proteccionismo afecta nuestro estándar de vida en Argentina nada mejor que hacer una comparación con nuestro país vecino Chile, el cual tiene una larga tradición de libre comercio y tratados comerciales con muchos paises.

Para hacer la comparación simple y lo más justa posible, vamos a utilizar los mismos 5 productos y vamos a extraer los precios del popular sitio de ventas online mercadolibre.com en sus versiones locales. Obviamente vamos a hacer la comparación con productos nuevos, asique no vamos a tener en cuenta los usados.

1) Producto: iphone 4s 16gb (desbloqueado)
    Compañia: Apple
    Tipo: Smart Phone




Precio en Chile: USD 718,91

Precio en Argentina:  USD 1050
 
Veredicto: Más barato en Chile.




2) Producto: XBOX 360 Slim 4GB
    Compañia: Microsoft
    Tipo: Consola de video juegos




Precio en Chile: USD 330

Precio en Argentina: USD 319

Veredicto: Casi el mismo precio.



3) Producto: 'Call of Duty: Modern Warfare 3'
    Compañia: Activision
    Tipo: Video Juego

 


Precio en Chile: USD 63,9

Precio en Argentina: USD 84

Veredicto: Más barato en Chile






4) Producto: Lcd Sony 40 Full Hd Kdl-40bx425
    Compañia: Sony
    Tipo: Televisor LCD Full-HD de 40 pulgadas



Precio en Chile: USD 446,69

Precio en Argentina: USD 1097

Veredicto: Más barato en Chile.



5) Producto: Blackberry Curve 8520 (desbloqueado)
    Compañia: RIM
    Tipo: Smart Phone



Precio en Chile: USD 242,8

Precio en Argentina: USD 336,4

Veredicto: Más barato en Chile.






Los tipos de cambio utilizados fueron 1 peso chileno = 0,001943 USD y 1 USD = 4,28 pesos argentinos, que son los actuales al momento de escribir este artículo.

Las comparaciones podrían seguir con autos, ropa etc. Pero la idea es mostrar como el proteccionismo es una política que perjudica el estándar de vida de la población comparando unos pocos productos populares de consumo. So pretexto de defender la 'industria nacional' los argentinos somos víctimas de una política que nos impide obtener un mejor beneficio por nuestro dinero.

Hay que terminar con el mito de 'vivir con lo nuestro', ya que en este mundo globalizado nadie vive con lo suyo. En vez de ver al libre comercio como una amenaza, se lo debe ver como una oportunidad. Los efectos nocivos del proteccionismo son reales y se sienten el bolsillo de todos los argentinos. Como dice el economista Roberto Cachanosky, la política de 'vivir con lo nuestro' se convierte en 'vivir con lo puesto'.

El que quiera vivir con lo suyo que lo haga, pero que no se meta con lo mío.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El Mito de los Kirchner

Acabo de leer un artículo en página12 llamado "El mito del viento de cola" que pretende desmerecer la influencia de factores exógenos como el precio de la soja en el crecimiento que tuvo la economía Argentina entre 2003 y 2010. El artículo hace una comparación de la economía Argentina con las economías de Chile y Perú, las cuales tienen dependencia con el cobre. El argumento es que el precio del cobre aumentó más que el de la soja y las economías de Chile y Perú crecieron menos que la de Argentina, por lo tanto el precio de la soja no explica el crecimiento de Argentina.

Ingenioso pero falaz. Primero, porque ni Chile ni Perú tuvieron la catastrófica crisis fiscal que tuvo Argentina en 2001, luego de la cual la economía argentina sufrió una devaluación de la moneda de casi 300%. Después de caer en un pozo semejante, no hay que ser un genio para prever un crecimiento más acelerado con respecto a otras economías que no tuvieron esa drástica caída.

El artículo se basa en un paper que aparentemente hace hincapié en el proteccionismo y la política de sustitución de importaciones como la responsable del crecimiento económico. No se mencionan los factores del desendeudamiento y el superávit fiscal sino recién al final del artículo cuando se menciona la importancia de sostener la "fortaleza fiscal".

Es justamente esa política, el desendeudamiento y el superávit fiscal, la que logró generar expectativas de crecimiento en Argentina. No el tipo de cambio ni el proteccionismo.

Pero para entender el superávit fiscal de Argentina, es necesario remitirse a las retenciones a las exportaciones, las cuales dependen de los factores exógenos que el artículo pretende desmerecer como el precio internacional de la soja, el cual obviamente, el gobierno de los Kirchner no controla.

Luego el artículo pierde los estribos al culpar a las políticas de libre comercio de la dictadura militar de 1976 y del gobierno de Menem en los '90 como las causantes de un freno en el crecimiento del PBI. Este argumento ya fue respondido por el ex ministro de economía Domingo Cavallo en un artículo en La Nación. El argumento es que el tipo de cambio alto de la década de los 90 perjudicó las exportaciones y por ese motivo la receta correcta fue devaluar en 2001 y poner barreras proteccionistas para así poder impulsar las exportaciones. El problema con este argumento, es que en los '90 la exportaciones de Argentina crecieron más rápido que las de los países limítrofes como Chile, Brasil etc. Por lo tanto, el argumento de que el libre comercio y el tipo de cambio alto perjudicaron a las exportaciones es falaz.

El problema no es el libre comercio, ni el tipo de cambio. El problema siempre fue, es y seguirá siendo el nivel de endeudamiento del país. Si el país está desendeudado (como actualmente lo está en comparación con los '90) las expectativas van a ser de crecimiento. Si el país está endeudado, las expectativas serán negativas por el simple hecho de que una mayor deuda actual implica mayores impuestos futuros.

Con respecto a la inversión, el artículo no hace referencia a los problemas que enfrenta el país, como que la inversión en energía fue negativa durante los años de Kirchner debido al híper-regulado sector petrolero. Además de las retenciones al petróleo y los controles de precios a los combustibles, que provocan la falta de inversión. Argentina hoy en día está viviendo de las inversiones energéticas realizadas durante la década de los '90. Claro que decir esto queda mal en el artículo de página12, siempre tan complaciente con el gobierno kirchnerista.

Por lo tanto, el artículo se equivoca en los factores determinantes del crecimiento argentino entre 2003 y 2010. El crecimiento no tiene nada que ver con el proteccionismo ni con el impulso a la demanda. El crecimiento se dió a pesar de esas políticas. Si fuera por eso Cuba o Corea del Norte estarían entre los países más ricos del mundo. Eso es simplemente mala economía. El crecimiento se debe a la solidez fiscal, apenas mencionada al final del artículo. La cual se explica por los factores exógenos como el precio de la soja que contribuyeron en estos años a acumular más de 50000 millones de dólares de reservas en el banco central.

Lamentablemente el kirchnerismo tiene hoy en día un ejército de militantes zombies y medios de comuncación adictos que propalan estas estafas intelectuales. Por lo tanto aquellos que no utilizamos el shampoo oficial tenemos el deber de exponer el relato kirchnerista por lo que realmente es: un mito.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Inflación de autos

La presidenta Cristina Kirchner defendió las medidas proteccionistas de su gobierno para protejer al sector automotriz:

"Tenemos la obligación de hacerlo por los 40 millones de argentinos" dijo Cristina.

Lo que quiere decir que los autos van a seguir siendo más caros para los argentinos que si no sufriéramos las políticas proteccionistas. Inflación de autos, esa es la política oficial. Que todos paguemos más caro, lo que vale más barato. Impedirnos obtener el máximo beneficio por nuestro dinero. Pero eso sí, lo hacen por nosotros.

sábado, 20 de agosto de 2011

Libre Comercio vs. Proteccionismo

Este no es un debate nuevo. Pero es increíble la vigencia que tiene hoy en día entre la gente que defiende la intervención gubernamental como motor del progreso.

En realidad el debate no es tal hoy en día. Prácticamente todos los economistas, sin importar las diferencias ideológicas, creen en el libre comercio. El economista Paul Krugman (ganador del premio Nobel de economía y hoy convertido en una especie de rockstar del progresismo mundial) escribió un libro en 1997 llamado Pop Internationalism en el cual argumenta que el libre comercio y la economía global elevan el estándar de vida de las personas tanto en los países ricos como en los pobres.

Como dije, el debate ya no es tal entre los economistas, pero lo que llama la atención es la ignorancia de quienes defienden las políticas proteccionistas. Por eso se me ocurrió escribir este post para responder los argumentos proteccionistas más comunes. Puede servir como guía para cualquiera que quiera hacer transpirar a un profesor distraído o a cualquier persona que plantee que el proteccionismo es la salvación para todos los males.

Antes de comenzar con los argumentos proteccionistas, debo decir que hay otra defensa del libre comercio, pero basada en la búsqueda de la felicidad. Al que le interese recomiendo leer este artículo.

Argumentos proteccionistas:

1) “La competencia extranjera le saca empleos al país”

La lógica de este argumento es que si los consumidores comienzan a comprar productos extranjeros, eso hará que las ganancias de los productores locales decaigan y estos se vean forzados a despedir trabajadores o inclusive cerrar y el beneficio va para los productores extranjeros que así pueden contratar más trabajadores en su propio país. Entonces estaríamos consumiendo para el beneficio de los productores extranjeros.

Pero hay un error fundamental en este argumento: Al fin y al cabo, la gente solo vende para adquirir el poder adquisitivo para comprar los productos de otros miembros de la sociedad.

Cuando uno entiende que el propósito de producir y vender es adquirir el poder adquisitivo para consumir, luego uno se da cuenta que cuando el comerciante extranjero gana dinero en el país vendiendo sus productos, tiene el deseo de ganar dinero para así tener la capacidad de comprar otros productos en el país que encuentra menos ventajoso producir en su país de origen.

Como resultado, el dinero ganado en el país por el comerciante extranjero retorna al país como demanda alternativa por productos locales.

Aunque es cierto que algunos tipos de trabajo podrían disminuir en el país, trabajo va a tener que realizarse ya que el comerciante extranjero, que ganó dinero en el país, va a demandar pago por el producto que vendió. Como resultado, el tipo y la composición del empleo podrían cambiar, pero no hay ninguna razón lógica que indique que el nivel de empleo vaya a bajar. 

2) “El comerciante extranjero nunca nos va a comprar a nosotros, porque ellos pueden producir todo lo que producimos nosotros, pero más barato”

Los economistas por más de 150 años han tratado de mostrar el error en este argumento mediante el concepto de “ventaja comparativa”.

Un productor puede ser mejor que otros en las líneas de producción x, y, z. Pero la pregunta que se debe hacer el productor eficiente es ¿Soy relativamente más eficiente en una de la líneas de producción que en la demás? Si tiene una ventaja relativa o comparativa en una de las 3 líneas de producción, es esa en la que se debe especializar y generar una gran ganancia para la producción de otras cosas en la sociedad.

El ejemplo clásico aquí es el del doctor y el jardinero.
¿Qué deja de lado el doctor haciéndose cargo de su jardín?
 Supongamos que este doctor gana 50 dólares por hora operando y puede ocuparse de su jardín en 2 horas. Ahora supongamos que el jardinero requiere 3 horas para ocuparse de su jardín ¿El hecho de que el jardinero sea menos eficiente que el doctor inclusive en la jardinería quiere decir que no hay oportunidades de intercambio entre ambos? Claro que no, ya que el jardinero podría cobrar 25 dólares la hora y el doctor trabajando las 2 horas que le requerían el cuidado de su jardín gana 100 dólares (50 x h) y le termina pagando 75 dólares al jardinero (que tarda 3 horas y cobra 25 dolares x h). Así el doctor termina con una diferencia de 25 dólares a su favor, por haber contratado al jardinero.

Es mediante la noción de ventaja comparativa que los economistas han podido demostrar que hay un incentivo inclusive para que un productor eficiente comercie con otro ineficiente.

3) “No es un problema de que el comercio sea libre, hay que garantizar que el comercio sea justo”

Muchos gobiernos extranjeros subsidian las exportaciones, lo cual les da una ventaja a sus productos con respecto a los productos locales del país hacia donde exportan.

Esto quiere decir que los productores extranjeros tienen una ventaja injusta. Por lo tanto, nos dicen, tenemos que poner aranceles aduaneros o subsidios hasta que la ventaja de los productos extranjeros desaparezca, ya que los gobiernos de sus países no juegan limpio.

De hecho, si los gobiernos extranjeros subsidian las exportaciones a nuestro país nosotros nos beneficiamos. El consumidor local se beneficia, y beneficia a todos. Ya que significa que nosotros como consumidores vamos a poder comprar un producto por un precio menor al que de otra forma hubiésemos pagado. Eso quiere decir que nos queda más dinero en el bolsillo para comprar otros productos de nuestro propio país que de otra forma no hubiésemos podido comprar, o gastarlo en otros productos extranjeros que eventualmente van a tener que ser pagados por la economía local produciendo otras cosas. Somos más ricos al habérsenos otorgado un beneficio a expensas del productor extranjero, lo que se traduce en que estamos mejor, nos han dado una rebaja en un producto.

Es cierto que por el hecho de que un productor extranjero sea subsidiado, otros productores locales pueden perder ventas. Tal vez algunos de ellos ya no puedan continuar en el mercado. Pero eso solo quiere decir que en cualquier cambio de situación en el mercado, cuando ya no puedas seguir en el negocio tal vez cambies de línea de producción.

Supongamos que el subsidio no es la razón del menor costo de producción pero una innovación tecnológica. El mercado se va a tener que ajustar lógicamente al hecho de que las cosas ahora pueden ser producidas más barato.

La diferencia es que ahora el “abaratamiento” está producido por un subsidio al comerciante extranjero. El productor local ahora va a tener que ajustarse a una nueva condición de mercado y cambiar la forma en la que produce y donde produce. Pero no quiere decir que haya una pérdida en el largo plazo de oportunidades redituables o de trabajo para los trabajadores.

¿Quién debe quejarse? El contribuyente extranjero. El productor extranjero obtiene el subsidio de los contribuyentes de su propio país. Nuestro beneficio es a expensas del contribuyente extranjero, él es el que debería quejarse. El es el que sufre la transferencia de ingresos a su productor local para beneficio de los consumidores extranjeros.

4) “¿Y esos países que solo quieren vendernos, pero no quieren comprarnos nada?”

Hay países que ponen barreras aduaneras para prevenirnos de que comerciemos en aquellas cosas en las que somos más eficientes. Ellos quieren vendernos, pero no quieren comprarnos. Asique tenemos que ponerles barreras hasta que estén dispuestos a bajar las suyas.

En otras palabras, castíguenlos hasta que estén dispuestos a comprar nuestros productos.
Nuevamente, nos beneficiamos si hacen eso. Supongamos que una persona viene a nosotros y nos dice:
“Hey, acá tenes los productos x,y,z podés llevar todos los que quieras”
Pero ¿Qué tengo que pagarte por esos productos?
Sabés que. No quiero nada que vos puedas hacer. Simplemente quiero que te lleves lo que produsco.

¿Como le llamamos a eso? Le llamamos un regalo. Estamos obteniendo algo a cambio de nada.
¿Quién debería quejarse? Nuevamente, es el productor extranjero. El mismo está utilizando recursos reales en su fábrica, el trabajador que hizo los productos que luego son transportados a nuestro país ve que su gobierno no le permite gastar el dinero que gana en productos de nuestro país que quisiera comprar. El está en una situación de producir y ser impedido de ganar un beneficio en concepto del trabajo realizado. Es el productor extranjero el que debe quejarse, él es el que vende sin oportunidad de comprar.

5) Otro argumento de esta idea de “nosotros compramos pero ellos no” está relacionado con la idea del déficit comercial.

El déficit comercial no puede seguir para siempre, nos dicen, hay que hacer algo. Hay que imponer barreras aduaneras para limitar la importación o manipular el valor de la moneda para que nuestros productos sean más atractivos para el consumidor extranjero y así balancear el valor de las importaciones con el de las exportaciones.

Este es uno de los conceptos más erróneos que uno puede encontrar en los debates sobre política económica. No hay ningún problema de la balanza comercial o de la balanza de pagos. La balanza de pagos o la balanza comercial siempre se balancean. Todo depende de que se incluya en ambos lados de la hoja de cuentas.

¿Qué puede hacer un productor extranjero con el dinero que gana en el país? Hay una serie de cosas que puede hacer:

Puede comprar productos locales.
Puede conservar el dinero como reserva de efectivo.
O puede volver con su dinero e invertirlo en el mercado financiero, prestarlo a los mercados de dinero o llevar su dinero e invertirlo directamente en la industria y los servicios.

Ahora cuando entendemos que esas son las 3 opciones que cualquier individuo tiene para alocar el ingreso recibido, o se consume o se invierte o se conserva como reserva de efectivo, uno entiende que el balance siempre cierra.

El único déficit que importa es el público, que también se puede financiar con ahorro de prestamistas extranjeros. Ya que el gasto público no es utilizado en ningún esfuerzo productivo como una inversión que traerá un beneficio en el futuro. La única forma de pagarlo es mediante impuestos futuros a la sociedad. Ese es el problema con la deuda externa. No la deuda externa per se, pero la deuda pública es la que importa.

El ejemplo que mejor ilustra esto es la revolución industrial en Estados Unidos en la primera mitad del siglo 19. Estados Unidos se industrializó tomando préstamos de los países europeos y pasó de ser un exportador de materias primas a una potencia industrial. Pero ese endeudamiento, fue endeudamiento privado, tomado por hombres de negocio visionarios. Tal es así que lograron pagar principal, interés y obtener un beneficio.

Por lo tanto, lo que importa no es el endeudamiento externo, sino quien se está endeudando. Si es el sector privado, no hay ningún problema.

Si suman lo que los extranjeros compran como productos de consumo, con el dinero que re invierten en el país mediante inversión directa o prestamos en los mercados de dinero o el que mantienen como reserva de efectivo por propósitos de transferencias especulativas, el balance cierra.

6) Un último argumento emerge a esta altura. “Pero si todo el dinero que los extranjeros ganan aquí es reinvertido en el país ya sea como inversión directa o préstamos a la industria o al gobierno, los extranjeros van a ser dueños del país, no podemos dejar que eso pase. Podrían desestabilizar la economía, podrían retirar sus inversiones todos en el mismo momento.“

Si este argumento va a ser tomando en serio, ninguna persona que se haya quejado porque un gobierno extranjero nacionalizó un activo de interés financiero o de inversión de su país va a poder volver a hacerlo.

Pero más importante es entender la relación de lógica simétrica entre los inversores extranjeros y el país en cuestión. Supongamos que todos los inversores extranjeros de un mismo país conspiraran de alguna forma y retiraran todas sus inversiones en el mismo momento. ¿Qué pasaría con el mercado local? Colapsaría. Pero ¿Qué pasaría con el valor de mercado de los activos que los inversores extranjeros intentan vender al mismo tiempo? ¡Colapsarían también! Todos esos inversores extranjeros recibirían un golpe financiero. En otras palabras, no hay incentivo para que los inversores extranjeros hagan eso. Los inversores extranjeros invierten para obtener un retorno, sería en contra de su propio interés conspirar en la forma de cartel mencionada para retirar sus fondos todos al mismo tiempo.

Cuanto más se expande el comercio internacional entre las naciones, una mayor interdependencia financiera emerge mediante la creación de mercados financieros mundiales, más y más se torna en contra del propio interés de cualquier individuo, grupo de individuos o inclusive otras naciones hacer algo que amenace con generar conflicto o una ruptura económica financiera.

Por el hecho de que todos somos cada vez más interdependientes con nuestros socios comerciales en el mundo, todo lo que hagamos en contra de ellos se nos vuelve en nuestra contra.

Es por eso que los defensores del libre comercio en el siglo 19 llamaban a su causa “Libre comercio, prosperidad y paz”.