jueves, 19 de abril de 2012

Libertad

Año: 2030
Lugar: Buenos Aires, Argentina

El niño se acerca a la estantería en el living de la casa y toma un libro. Lee su título "Trabajos seleccionados de Frédéric Bastiat. Prefacio por F.A. Hayek. La economía de la libertad, lo que tus profesores no te van a enseñar"

- ¿Que es esto papá?- Pregunta el niño
- Un sueño
- ¿De que se trata?
- Bueno, de hacer lo que a uno le gusta, poder elegir
- ¿Como ganar dinero?
- Si! Jajaja
- ¿Acá tenemos libertad?
- No
- ¿Por qué?
- La gente la considera peligrosa. Creen que necesitan al estado para que los proteja del mercado. Yo creo que no soportan que alguien haga una diferencia
- ¿Que tienen contra el mercado?
- Nada. Simplemente estan confundidos. Por ejemplo en la facultad de Economía enseñan sobre los "animal spirits"
- ¿Que es eso?
- Lord Keynes postuló que el hombre se mueve en un mundo irracional, en donde las variaciones de mercado dependen de "animal spirits", o sea de factores irracionales. El hombre, a pesar de ser racional, no está en control de los animal spirits que provocan que un día el mercado esté eufórico y al otro día se encuentre deprimido
- ¿Entonces Keynes estaba equivocado?
- Si. Decir que el mercado está eufórico un día y deprimido al día siguiente o decir que la voluntad de la gente de tomar riesgos cambia con el tiempo siendo menor cuando la economía anda mal son explicaciones observacionalmente equivalentes
- ¿Como son equivalentes?
- En el primer caso se explica al mercado como irracional, pero si un día sube y al otro baja termina racionalizandose y terminas llegando a lo mismo que la segunda proposicion donde se acepta un mundo racional.
- Entonces el mundo es racional
- Yo creo que si. De otra forma estarías pretendiendo que se puede engañar a la gente indefinidamente
- ¿Crees que el mercado es perfecto?
- No, el capitalismo sin fallas es como la religión sin pecado. No funciona.
- ¿Y como hiciste para ganar dinero si acá no hay libertad?
- Era joven y trabajaba en un trabajo malo por el salario mínimo, aún asi ahorraba todo lo que podía. Escuché que mucha gente ganaba dinero comerciando valores pero en el país no se podía porque estaba prohibido
- ¿Y como hiciste?
- Bueno, digamos que encontré un país donde pude comenzar
- ¿Tienen libertad en ese país?
- Oh si
- ¿Por qué no te quedaste a vivir allá entonces?
- Me gusta vivir acá
- Al final pudiste hacer lo que te gustaba
- Si. Vos también podés, nunca permitas que te lo impidan

sábado, 14 de abril de 2012

Argentina: Sin techo para la inflación

Estuve pensando los últimos días sobre los posibles escenarios para la economía argentina en el corto plazo y me cuesta divisar una solución para el más grande problema actual: La política energética. El gobierno al parecer ha dejado de lado la idea de sincerar los precios de la energía por el costo político que traería esa medida y ha decidido continuar con la actual política de precios. No solo eso, sino que también ha decidido culpar a las petroleras por la decreciente producción de petroleo y gas, especialmente a YPF.

Esto es una de las peores señales que el gobierno podría dar a la economía. Hoy en día no se sabe si el gobierno va a nacionalizar YPF o no. Esa incertidumbre está frenando la ya declinante producción energética argentina. Si un pequeño shock del lado de la oferta produjo que de un día para otro se duplicaran los precios de la yerba también se puede esperar lo mismo para la energía. Solo que si se duplican los precios de la energía tendría un efecto recesivo para la economía, especialmente para el consumo.

Más allá de los deseos del gobierno de estatizar YPF, producto de su ala más radicalizada tomando control de las decisiones, el problema fundamental es la producción energética. La solución para aumentar la oferta energética está en los yacimientos de petroleo y gas no convencionales conocidos como 'shale'. El problema con estos yacimientos es que el costo de producción es altísimo, lo que genera que los márgenes sean pequeños. El gobierno podría estar metiendose en un gran lío si decidiera estatizar YPF, ya que requeriría de multi-millonarias inversiones para producir esos yacimientos y pronto se darían cuenta de que lo que se suponía como una mina de oro no es más que un negocio de baja rentabilidad. En Argentina no hay una industria de 'fracking' (fracturación hidráulica, técnica utilizada en los yacimientos no convencionales) desarrollada como si tienen Estados Unidos o Canadá, y desarrollarla podría llevar años. Mientras tanto la producción energética seguirá mermando y las importaciones de gas y petróleo que deberá hacer el gobierno seguirán aumentando, poniendo en riesgo toda la estructura productiva del país.

La solución racional para el problema energético es liberar los precios del petróleo y el gas, eliminando las retenciones a las exportaciones. De esa forma los productores locales se verían incentivados a aumentar su producción. Esto tendría consecuencias sociales ya que implicaría que la gente tenga que pagar mucho más por la nafta y la electricidad de lo que paga actualmente. La producción de energía aumentaría, pero el consumo se vería perjudicado y la gente perdería dinero con el que antes contaba para consumir. Pero el gobierno ha decidido que no va a elegir la solución racional, sino que va a mantener la estructura de precios actual, cosa de que nadie pierda dinero. Pues bien, nadie perderá dinero, pero el dinero de todos perderá valor. Y es ahí cuando sucede la hiperinflación.

Con el comercio exterior cerrado, el shock energético podría ser mortal para la economía argentina al no haber una oferta de bienes y servicios que ponga un techo a la inflación. Si el gobierno no transmite confianza rápidamente a la economía y especialmente al sector energético el peso podría convertise en un activo tóxico.

lunes, 19 de marzo de 2012

Teorías Fisura: La teoría de un solo demonio

Para entender la adhesión fanática que despierta el Kirchnerismo en algunos sectores de la sociedad argentina, es imprescindible remitirse a su política de derechos humanos. Néstor Kirchner llevó adelante la reapertura de los juicios por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. Existe un consenso en que esos juicios han beneficiado a la democracia argentina, pero el fanatismo viene de otro lado. El gobierno de Kirchner no sólo reabrió los juicios por violaciones a los derechos humanos, sino que también impuso una nueva "historia oficial" en los manuales escolares. Una historia oficial que se basa en lo que el historiador Marcos Novaro llama "La teoría de un solo demonio".

Para imponer la teoría de un solo demonio, el gobierno kirchnerista primero impugnó la teoría de los dos demonios. Pero la reemplazaron con una teoría que es lisa y llanamente una defensa acérrima de la guerrilla en su conjunto y pretende censurar cualquier vinculación de la misma con la escalada de violencia que vivió la Argentina en la década de los 70. Es de ahí desde donde viene el fanatismo kirchnerista, de una izquierda trasnochada y sectaria que sabe a quién odiar. Ese odio es su común denominador.

La teoría de un solo demonio carece de metodología, el golpe de 1976 se explica con una mega-conspiración de las fuerzas armadas, la sociedad rural y demás sectores civiles que querían tomar el control de la economía ¿Y la guerrilla que papel juega en esta teoría? Ninguno, la guerrilla fue simplemente la excusa de los militares y sus aliados para hacer el golpe. Todo un rechazo de la causalidad.

No solo la teoría hace agua para explicar la historia mediante causa y efecto, sino que se aplica un criterio de moral subjetivo para condonar las acciones llevadas a cabo por los guerrilleros y a la misma vez se aplica un criterio de moral objetivo para analizar la actuación de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad y diversos sectores civiles durante la dictadura militar.

Con esta teoría, el solo hecho de que una persona haya "trabajado" durante la dictadura puede ponerlo de sospechoso ante el dedo acusador del estado nacional, cuando la realidad es que todo el mundo trabajo en esa época. Se pone a una porción indeterminada de la sociedad bajo juicio, cosa de que siempre se puedan adicionar "nuevos enemigos" si fuera necesario. Basta con ver el trato que recibe el periodista Jorge Lanata en el programa oficialista 678 que se emite por Canal 7. Antes lo apoyaban porque estaba a favor de la ley de medios K, luego cuando Lanata tomó distancia del gobierno comenzaron a vincularlo con los militares recortando frases suyas fuera de contexto.

Esta teoría funciona para el gobierno, hace poner a sus opositores a la defensiva, en una situación en la que el acusado debe probar que los vínculos con la dictadura de los que se lo acusa son falsos. Básicamente, se invierte la carga de la prueba. Como si cualquier persona que no adhiera a la teoría de un solo demonio perteneciese al "lado oscuro" de la república. Un disparate.

La teoría de un solo demonio es una fisura social. No hay ninguna esperanza de que esta teoría pueda generar cohesión o algún tipo de amalgama social en una sociedad que lejos está de tener un pensamiento homogéneo. Es un elemento tóxico introducido en la política argentina que está destinado a desaparecer, como toda historia oficial.

Desde el punto de vista metodológico, la teoría de los dos demonios es superior.

lunes, 12 de marzo de 2012

ULTIMO MOMENTO: Moreno derrota las expectativas racionales (LOL)

Las expectativas económicas de los argentinos cayeron en febrero por cuarto mes consecutivo, según informa La Nación en base al índice general de expectativas económicas que realizan la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS Gallup.

Cabe destacar que esta caída de expectativas coincide con la batería de medidas proteccionistas y el cepo a la compra de dólares que ha implementado el gobierno desde las elecciones.

Teniendo en cuenta la inminente suba de tarifas en los servicios públicos que ya se está empezando a ver, el resultado solo puede ser uno: desaceleración del consumo. Las expectativas actúan en este caso como un ajuste, ya que los consumidores al preveer mayores gastos en el futuro consumen menos en el presente, o sea ajustan por el consumo.

¿Se acabó la fiesta del consumo en Argentina?

lunes, 5 de marzo de 2012

Viva la importación!

En sus más de 3 horas de discurso con motivo de la apertura de las sesiones ordinarias del congreso, Cristina Kirchner defendió enérgicamente los controles a las importaciones. El argumento fue por un lado que las importaciones argentinas han aumentado, y por el otro la defensa de la industria nacional.

Lo que sucede es que las industrias protegidas por el gobierno se abastecen de insumos importados, por lo tanto la protección genera un aumento de las importaciones. Justamente lo que se quiere evitar con la política se sustitución de importaciones.

Ya he dado mi opinión al respecto de la política proteccionista del gobierno. La industrialización no puede ser el objetivo en la era post-industrial que vivimos. Solo pretendo agregar un par de datos a esta locura proteccionista. Tal vez hacer preguntas que molestan o hagan pensar.

La defensa más elaborada de la industria nacional que he leído fué en una reciente nota del economista Juan Llach en La Nación. Dice Llach:

"soy de los que creen que no es indiferente tener industria o no tenerla, por su mayor capacidad exportadora, por su mayor demanda de profesionales y técnicos, especialmente en ciencias duras y tecnologías, tan necesarios en toda América latina, y por su aporte al empleo que, aun limitado, es imposible reemplazar."

Cabe destacar que el mismo Llach reconoce que el aporte de la industria al empleo es limitado, tema absolutamente exagerado desde el gobierno nacional.

Llach hace una defensa de la industria nacional desde el punto de vista del capital humano que supuestamente se requiere por el hecho de tener fábricas. Pero si miramos a las adquisiciones entre grandes empresas en el mundo actual vemos que Google, una empresa de software que no fabrica nada, acaba de comprar a Motorola, una empresa líder fabricante de teléfonos celulares. Si la lógica de Llach fuera correcta, el recurso humano de una empresa como Motorola que cuenta con ingenieros especializados en antenas y demás cosas debería primar por sobre la simpleza de una empresa que produce software en oficinas.

Otro caso reciente es el de Oracle, empresa de software especializada en base de datos, que compró a Sun Microsystems uno de los principales fabricantes de servers para empresas. De vuelta los no-fabricantes compran a los que tienen fábricas. Si la industria fuera tan importante, las empresas manufactureras serían las que comprarían a las no-manufactureras, sin embargo vemos que sucede exactamente lo contrario. Vean el caso de Nokia, el fabricante celulares, que está tambaleando porque no ha podido desarrollar un software que atraiga a los consumidores. Sin embargo la empresa tiene fábricas e ingenieros expertos en antenas, entonces ¿Por que no compraron una empresa de software para poder competir con Apple Inc. o Android? Si la industria fuese tan importante e irremplazable, entonces deberían haber podido comprar un desarrollador de software desde su posición de fortaleza.

El caso de Apple Inc. es más que interesante. Apple es hoy la empresa más valiosa del mundo. Pero Apple no tiene fábricas. Si, la empresa más valiosa del mundo no fabrica nada. Lo que sucede es que Apple terceriza su producción a fabricantes asiáticos de bajos costos como Foxconn. Si la industria fuera tan importante ¿No debería la empresa más valiosa del mundo fabricar "algo"?

Otro dato interesante es el caso de mercadolibre, la puntocom más importante de Argentina que dá trabajo a más de 50000 personas. No sé cuantas fábricas se necesitarían para generar la misma cantidad de trabajo que mercadolibre, pero me animo a decir que muchas.

Nada indica que la industria manufacturera tenga la importancia ni el carácter imposible de reemplazar del que habla Llach. Todo lo contrario, la industria pierde poder frente a empresas sin fábricas con modelos de negocios más dinámicos. La post-industrialización llegó para quedarse.

viernes, 24 de febrero de 2012

"Argentina tuvo el mejor servicio ferroviario del continente"

Las palabras del título pertenecen a Pino Solanas, el director de cine muy comprometido con la causa de los trenes. Pino tiene razón, pero se olvida de un detalle, cuando el servicio ferroviario argentino era el mejor del continente, era privado. Fue construido y financiado por capitales ingleses. La tragedia en Once, lejos de ser una consecuencia del "neoliberalismo" como dice el inefable Luis D'Elía, no es más que resultado de una política ferroviaria que viene desde hace más de 60 años. Cuando Perón estatizó los ferrocarriles mucha gente lo vió como un acto de soberanía. Los socialistas veían como pasaba al control del estado algo que consideraban un servicio público. En toda esta fiesta, pasamos de tener un servicio ferroviario de primera, a apenas tener un servicio ferroviario.

La estatización de los ferrocarriles implicó que los mismos dejasen de operar mediante las señales de pérdidas y ganancias que dá el mercado y pasaran a formar parte de las obligaciones que tiene el estado para con los ciudadanos. El resultado, si juzgamos por la tragedia en Once, no fue bueno claro está. Pero lo que pasó en Once fue producto de un sistema que no es económico. Por más que muchos quieran señalar a la empresa consecionaria TBA como la principal responsable, todas las decisiones están en manos del estado. Tanto los subsidios, las falta de inversiones como los controles de precios son políticas implementadas desde el estado.

Tal vez sea hora de repensar el rol del estado. En vez de reclamar "perestroika y glasnost" para el neoliberalismo como pide D'Elía, se debe tomar el tema seriamente y desapasionadamente para comprender que la solución pasa por otro lado. El sistema ferroviario argentino es estatal, nadie se engañe. Tal vez sea hora de volver el sistema a sus raíces, privatizar los trenes sería el verdadero cambio.

domingo, 12 de febrero de 2012

Dígale no a la campaña de reeducación ambientalista

Al parecer la gente del sindicato minero de Argentina ha estado muy ocupada trabajando durante las últimas décadas, tiempo que han aprovechado las organizaciones ambientalistas para montar una viciosa campaña de demonización contra la minería. Nadie se sorprenda que estas campañas provienen de aquellos que tienen sus carreras demasiado invertidas en viejos dogmas ideológicos por los que la naturaleza tiene un valor intrínseco y la misma debe ser puesta por encima del recurso humano. Videos como este, donde participan actores y diversas personalidades de carácter público, son un ejemplo de esta campaña infame contra una actividad legítima como la minería:


Pero el ataque no es solo contra la minería, también vimos como resagos de estas corrosivas ideas fogonearon el conflicto binacional entre Uruguay y Argentina por la pastera Botnia. O durante la crisis del campo en 2008 hubo una campaña de demonización contra la soja, con cadenas de emails, artículos y diversas fuentes queriendo inducir en la sociedad que el agroquímico glifosato, utilizado en el cultivo de soja, genera cáncer. Patrañas, cualquiera que tenga una mínima idea sobre el cáncer sabe que no están determinadas las causas de esa enfermedad.

Pero el conflicto en Famatina por la instalación de una mina parece haber despertado el monstruo generado por este torrente de desinformación durante tanto tiempo. Ahora en Catamarca un grupo de gente reclama que cierren la minera La Alumbrera, que opera hace años y de la que viven cientos de trabajadores.

Al parecer, la solución de quienes promueven estas campañas basura es hacer un plesbicito en cada lugar donde se quiera instalar una minera. Como si cerrar una industria que genera más del 10% de la recaudación en algunas provincias sea algo que se pueda dejar en manos del infantil juego de la voluntad de la mitad mas uno. Como si no nos bastara con las imperfecciones de la democracia, nos encontramos con gente que cree que la democracia debe ser utilizada para tomar cualquier tipo de desición. ¿Acaso un médico decide como operar a un paciente mediante el voto democrático? ¿Acaso un programador decide como programar un software mediante el voto democrático? No, nadie cree en la democracia. La democracia que defienden los fanáticos de los plesbicitos, no es más que la voluntad de la mayoría. Pero repito, nadie cree en la democracia. Tomar a la voluntad de la mayoría como sagrada implicaría aceptar como válido que el 60% de la población decidiera que hay que fusilar al otro 40%. Algo parecido sucedió en Alemania con Hitler. Esa es la democracia que nos proponen como solución.

Las decisiones sobre las concesiones mineras son administrativas, no pueden ni deben ser plesbicitadas a una sociedad desinformada. Las tierras explotadas por las mineras no le pertenecen a nadie, ya que son públicas y lo que es de todos no es de nadie. Los gobiernos provinciales no deben bajo ningún punto de vista ceder ante estas presiones de fundamentalistas ambientalistas para hacer plesbicitos, ya que la estrategia de estos es desinformar con comerciales como el anterior. Lo que los gobiernos provinciales deben hacer es dedicarse a informar a la población sobre las ventajas de la minería y la industria minera. Mostrar como los paises con industria minera desarrollada como Chile, Brasil, Austrialia, Canadá, Estados Unidos etc han logrado un alto estandar de vida.

En este momento la campaña ambientalista anti-humana nos gana por un millón a uno en cuanto a propaganda. Por lo tanto es un deber nuestro, de quienes defendemos la supremacía del recurso humano por sobre el natual, informar y rebatir los falaces argumentos con los que se intenta prohibir a una actividad legítima como la minería en un país con altísimas potencialidades mineras como Argentina.