Como estaba previsto, Cristina Kirchner arrasó en las elecciones presidenciales del 23 de Octubre pasado. Con el 53,9% de los votos obtuvo un segundo mandato presidencial. El candidato socialista Hermes Binner quedó segundo con 16,8%, a 37 puntos de Cristina.
Muchos analistas señalan que el triunfo de Cristina deja una oposición muy débil, aunque eso no sea culpa de Cristina.
Lo que no se ha señalado con tanto énfasis, es el otro gran perdedor de estas elecciones: el fundamentalismo kirchnerista. Ese que inunda la pantalla de canal 7 y demás medios adictos al gobierno, donde todos los días se intenta censurar toda crítica al gobierno nacional atacando personalmente a cualquiera que ose criticarlo.
Muchos se preguntarán, pero si Cristina arrasó en las elecciones ¿eso no reivindica al sector más duro del gobierno? Sucede que la tesis central en la que se basa todo el andamiaje mediático kirchnerista es que los medios de comunicación "controlan a la sociedad". Entonces de esa forma, los medios de comunicación condicionaron gobiernos, pusieron presidentes, y sacaron leyes en favor de sus propios intereseres.
Ahora ¿Como se explica que con todos esos medios en contra Cristina haya sacado el 53,9% de los votos? Menuda tarea va a ser la del fundamentalismo kirchnerista de explicar esta contradicción en el discurso. Personalmente creo que es un tiro de gracia al discurso político más rancio y decadente que alguna vez existió en el país.
No, los medios no controlan nuestro pensamiento. Simplemente entretienen, informan y transmiten opiniones. Allí donde exista una necesidad de información, siempre va a haber gente tratando de suplir esa necesidad. Lo que no se puede concebir, es que la misma gente que gobierna, también controle los medios de comunicación. Porque eso entraría en conflicto con los intereses de aquellos que están en el gobierno. Por eso la gente sigue consumiendo Clarín y los medios críticos, porque así como nadie es un buen crítico de sí mismo, el gobierno tampoco es buen crítico de sus políticas. Denostar al periodismo por ser crítico, es como acusar a alguien de hacer su trabajo. El periodismo es crítico por naturaleza.
Para cualquiera que haya vivido la década de los 90 y tenga la palabra "corrupción" grabada en la cabeza, tiene que entender que esos hechos fueron informados por los medios de comunicación. Esos progres que hoy detestan a los medios críticos, no entienden que los medios no tienen la ideología en un primer plano (a excepción de algunos medios marginales), sino ser una alternativa confiable en un mercado competitivo como lo es el de la comunicación.
sábado, 29 de octubre de 2011
lunes, 17 de octubre de 2011
Medios y poder político
Excelente documental emitido por TN que explica la situación que la prensa sufre en Venezuela, Ecuador y Argentina y el plan sistemático de los gobiernos de dichos paises para destruir a los medios independientes. El fin es lograr la hegemonía comunicacional mediante:
1- Debilitar al sector privado
2- Fortalecer al sector público
3- Impulsar la creación de medios alternativos
1- Debilitar al sector privado
2- Fortalecer al sector público
3- Impulsar la creación de medios alternativos
martes, 4 de octubre de 2011
Roca no expropió a los pueblos originarios
En la demonización de Roca que vivimos suelen expresarse 2 argumentos a título de cargos o crímenes que al parecer el ex presidente de la generación del 80 ha cometido y nos venimos a enterar ahora gracias a la campaña de demonización, eehhh digoo, investigación del progresismo intelectual. El argumento central es que Roca mató indios, por lo que se lo acusa de genocida. Este argumento ya fue respondido por Mariano Grondona en el artículo de La Nación al que hace referencia el post anterior. No se puede comprender a alguien sin contextualizar el pensamiento y el contexto de la época.
Pero hay un argumento más ridículo todavía. Este argumento consiste en que Roca, con la campaña del desierto, "expropió" a los pueblos originarios de su tierra. Esto es simplemete falso. Primero porque los mapuches, que eran la tribu que combatió Roca, eran originarios de Chile. Segundo, y más importante, es que los pueblos indígenas nunca tuvieron un sistema de propiedad privada. Eran pueblos nómades en su mayoría que vivían de la caza de animales. Así es como atacaban poblaciones de colonos en la provincia de Buenos Aires, mataban a los hombres y violaban y se llevaban a las mujeres y los niños. Acontecimientos documentados en la historia Argentina. Luego esos malones llevaban el ganado a Chile y lo vendían del otro lado de la cordillera.
Aquí la confusión proviene de no comprender como se generan los derechos de propiedad. No se puede argumentar sobre una supuesta "propiedad colectiva" ya que va en contra del concepto de propiedad, porque lo que es de todos no es de nadie. O sea, los derechos de propiedad no estaban definidos sobre el territorio argentino. Al no tener un sistema de propiedad privada, los indios nunca hicieron apropiación de la tierra, por lo tanto no se puede reclamar como propio algo que nunca se apropió. La vuelta más absurda de este argumento es que si se aceptara que los indios fueron expropiados, entonces para repararlos todos los argentinos deberíamos dejar nuestras casas en propiedad de algún miembro de las comunidades originarias, ya que están construidas en territorios que "les fueron expropiados".
La camapaña del desierto, más allá del escatológico relato progre que pretende demonizarla, fue una campaña en contra del desierto como su nombre lo indica, no en contra del indio (sino se la hubiese llamado "campaña contra el indio" o "guerra contra el indio"). Ya que lo necesario era consolidar la propiedad privada de la tierra para ponerla a uso productivo y delimitar las fronteras, osea conquistar el desierto. Por lo tanto, se puede acusar a Roca de haber apropiado y repartido el territorio nacional, pero de ninguna manera de haber expropiado el mismo, ya que ese terrotorio apropiado por Roca no había sido apropiado por otra persona con anterioridad.
Pero hay un argumento más ridículo todavía. Este argumento consiste en que Roca, con la campaña del desierto, "expropió" a los pueblos originarios de su tierra. Esto es simplemete falso. Primero porque los mapuches, que eran la tribu que combatió Roca, eran originarios de Chile. Segundo, y más importante, es que los pueblos indígenas nunca tuvieron un sistema de propiedad privada. Eran pueblos nómades en su mayoría que vivían de la caza de animales. Así es como atacaban poblaciones de colonos en la provincia de Buenos Aires, mataban a los hombres y violaban y se llevaban a las mujeres y los niños. Acontecimientos documentados en la historia Argentina. Luego esos malones llevaban el ganado a Chile y lo vendían del otro lado de la cordillera.
Aquí la confusión proviene de no comprender como se generan los derechos de propiedad. No se puede argumentar sobre una supuesta "propiedad colectiva" ya que va en contra del concepto de propiedad, porque lo que es de todos no es de nadie. O sea, los derechos de propiedad no estaban definidos sobre el territorio argentino. Al no tener un sistema de propiedad privada, los indios nunca hicieron apropiación de la tierra, por lo tanto no se puede reclamar como propio algo que nunca se apropió. La vuelta más absurda de este argumento es que si se aceptara que los indios fueron expropiados, entonces para repararlos todos los argentinos deberíamos dejar nuestras casas en propiedad de algún miembro de las comunidades originarias, ya que están construidas en territorios que "les fueron expropiados".
La camapaña del desierto, más allá del escatológico relato progre que pretende demonizarla, fue una campaña en contra del desierto como su nombre lo indica, no en contra del indio (sino se la hubiese llamado "campaña contra el indio" o "guerra contra el indio"). Ya que lo necesario era consolidar la propiedad privada de la tierra para ponerla a uso productivo y delimitar las fronteras, osea conquistar el desierto. Por lo tanto, se puede acusar a Roca de haber apropiado y repartido el territorio nacional, pero de ninguna manera de haber expropiado el mismo, ya que ese terrotorio apropiado por Roca no había sido apropiado por otra persona con anterioridad.
domingo, 2 de octubre de 2011
Mariano Grondona sobre la demonización de Roca
Excelente artículo de Mariano Grondona sobre la demonización del presidente Julio A. Roca por parte del progresismo. Responde a la acusación de "genocida" que disparan autores como Osvaldo Bayer contra el recordado presidente de la generación del 80. Sobresale especialmente la referencia que hace del sociólogo Max Weber:
"La calificación de "genocida" mediante la cual se lo pretende demonizar incurre en un pecado que el propio Max Weber denunció cuando sostuvo que el verdadero historiador no es quien retroproyecta sus propios valores al pasado, sino quien describe a los protagonistas del pasado desde los valores que ellos mismos poseían."
Creo que esto es un knock-out técnico al relato kirchnerista de la historia. Los progres ya pueden dar por terminado el caso, el último que cierre la puerta y apague la luz.
"La calificación de "genocida" mediante la cual se lo pretende demonizar incurre en un pecado que el propio Max Weber denunció cuando sostuvo que el verdadero historiador no es quien retroproyecta sus propios valores al pasado, sino quien describe a los protagonistas del pasado desde los valores que ellos mismos poseían."
Creo que esto es un knock-out técnico al relato kirchnerista de la historia. Los progres ya pueden dar por terminado el caso, el último que cierre la puerta y apague la luz.
sábado, 24 de septiembre de 2011
El ataque ideológico contra Roca
Ultimamente leemos en el diario que cambian el nombre de una avenida de 'Julio A. Roca' a 'Néstor Kirchner', o que quieren sacar un monumento a Roca y poner uno a Kirchner en su lugar. O el proyecto para sacar a Roca del billete de 100 pesos que probablemente sea aprobado en poco tiempo.
Esta tendencia de borrar a Roca de la historia Argentina tiene su origen en un vicioso ataque ideológico por parte de autores revisionistas. Ayudado por un gobierno progresista de aires refundacionales, el progresismo intelectual ha instalado la idea de un Roca genocida. Esos cargos se sustentan en la famosa campaña del desierto llevada adelante por Roca.
Pero si nos vamos a poner a juzgar a las figuras históricas del país de esta forma, también habría que hacerlo con Rosas. Si de matar indios se trata, Rosas llevó adelante campañas de exterminio. O si de matar se trata, también habría que descolgar el cuadro del Che Guevara que puso este gobierno en el salón de patriotas latinoamericanos de la casa rosada.
Por lo tanto está claro que este vicioso ataque a la figura del histórico presidente Julio Argentino Roca esconde algo más que el hecho de condenar la matanza de indios. No quiero ser malinterpretado, no justifico de ninguna forma la matanza de indios. Lo que pretendo discernir es como es que hay algunos crímenes buenos que merecen reconocimiento (ej: el che Guevara) y por otro lado hay crímenes malos como en el caso de Roca. Como vemos, estamos ante un caso de doble estandar.
Para entender el ataque a Roca, es clave entender su presidencia. Roca logró consolidar la propiedad privada del territorio argentino junto con una política de libre comercio que produjo una mejora en el estándar de vida del país en su conjunto. Claro que se pudo haber hecho un reparto más equitativo de la tierra, pero el hecho de poner la tierra a un uso productivo mediante el sistema de propiedad privada fue un logro de Roca. Ya durante la presidencia de Roca (1880-1886, 1898-1904) Argentina tenía la misma riqueza que paises como Canadá, Australia y Nueva Zelanda y siguió aumentando a la par de esos paises por varias décadas. A continuación se vé un gráfico que compara el PBI real per cápita de Argentina y Canadá.
Ese fué el pecado de Roca, haber implementado un sistema económico exitoso que puso al país en el camino de la prosperidad económica a la par de otras naciones como Canada, Australia o Nueva Zelanda.
La decadencia Argentina viene por el abandono de esas políticas y la introducción de ideas socialistas como la justicia social. Las cifras hablan por si solas.
El propósito de este texto no es negar la matanza de indios de la campaña del desierto, sino repasar las ideas que el presidente Roca implementó, ideas hoy olvidadas en Argentina. Son esas ideas las que buscan atacar quienes llevan adelante el movimiento para borrar a Roca de la historia argentina.
Esta tendencia de borrar a Roca de la historia Argentina tiene su origen en un vicioso ataque ideológico por parte de autores revisionistas. Ayudado por un gobierno progresista de aires refundacionales, el progresismo intelectual ha instalado la idea de un Roca genocida. Esos cargos se sustentan en la famosa campaña del desierto llevada adelante por Roca.
Pero si nos vamos a poner a juzgar a las figuras históricas del país de esta forma, también habría que hacerlo con Rosas. Si de matar indios se trata, Rosas llevó adelante campañas de exterminio. O si de matar se trata, también habría que descolgar el cuadro del Che Guevara que puso este gobierno en el salón de patriotas latinoamericanos de la casa rosada.
Por lo tanto está claro que este vicioso ataque a la figura del histórico presidente Julio Argentino Roca esconde algo más que el hecho de condenar la matanza de indios. No quiero ser malinterpretado, no justifico de ninguna forma la matanza de indios. Lo que pretendo discernir es como es que hay algunos crímenes buenos que merecen reconocimiento (ej: el che Guevara) y por otro lado hay crímenes malos como en el caso de Roca. Como vemos, estamos ante un caso de doble estandar.
Para entender el ataque a Roca, es clave entender su presidencia. Roca logró consolidar la propiedad privada del territorio argentino junto con una política de libre comercio que produjo una mejora en el estándar de vida del país en su conjunto. Claro que se pudo haber hecho un reparto más equitativo de la tierra, pero el hecho de poner la tierra a un uso productivo mediante el sistema de propiedad privada fue un logro de Roca. Ya durante la presidencia de Roca (1880-1886, 1898-1904) Argentina tenía la misma riqueza que paises como Canadá, Australia y Nueva Zelanda y siguió aumentando a la par de esos paises por varias décadas. A continuación se vé un gráfico que compara el PBI real per cápita de Argentina y Canadá.
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PBI real per cápita: Argentina y Canadá. Fuente |
Ese fué el pecado de Roca, haber implementado un sistema económico exitoso que puso al país en el camino de la prosperidad económica a la par de otras naciones como Canada, Australia o Nueva Zelanda.
La decadencia Argentina viene por el abandono de esas políticas y la introducción de ideas socialistas como la justicia social. Las cifras hablan por si solas.
El propósito de este texto no es negar la matanza de indios de la campaña del desierto, sino repasar las ideas que el presidente Roca implementó, ideas hoy olvidadas en Argentina. Son esas ideas las que buscan atacar quienes llevan adelante el movimiento para borrar a Roca de la historia argentina.
lunes, 19 de septiembre de 2011
Zaiat en el país de las maravillas
Como lector del diario página12 estoy acostumbrado a leer los incoherentes
artículos económicos de Alfredo Zaiat. El argumento siempre es el mismo, de
alguna forma el razonamiento siempre termina culpando de todos los males del
país a la concentración económica y la extranjerización. Claro que critica la
concentración siempre y cuando sea privada, porque si la concentración es
estatal está muy bien según el buen progre de Zaiat.
Tal vez cuando de criticar al oficialismo se trate, nadie expresó tan bien una crítica como el filósofo oficialista Ricardo Forster. "Imbecilidad estructural", dijo Forster al referirse al programa afín al gobierno 678 que se emite por canal 7.
En esa "Imbecilidad estructural" conviven ideas obtusas, conspiraciones, el rechazo de la causalidad (causa y efecto) y el enemigo ficticio, aquél que es egoísta, el gorila, el oligarca. A esa estructura se le suman ideas de economía que en realidad no tienen absolutamente nada que ver con la economía, sino que esconden un fin perverso. Hacer de la palabra "extranjero" una mala palabra en un país que fue creado por extranjeros de todas las razas junto con nativos. Hacer de la industria un orgullo de grandeza nacional, es otra de las ideas de falsa economía.
Ministros y funcionarios kirchneristas no se cansan de hablar sobre la "extranjerización de la economía", la cual al parecer es un grave problema heredado de la década de los '90 que afortunadamente ellos han venido a reparar. En esta línea escribe Zaiat. El argumento es simple. En los '90 los extranjeros compraron empresas argentinas y el dinero que ganaban aquí se lo llevaban afuera del país en concepto de remisión de utilidades. La política de libre comercio produjo una desindustrialización del país ya que la gente al comprar un producto importado dejaba de comprar uno nacional, generando así desempleo en la economía local. Esto se veía reflejado en el déficit comercial. Entonces nos endeudábamos para mantener a las empresas extranjeras y que así podían seguir contratando más empleados en sus países de origen. Este argumento se podría resumir en una frase: "se venían a llevar la plata del pueeeeblooo". Claro que ridiculizar no es la idea de este texto, pero esos argumentos ridículos a veces tienen su raíz en cosas un poco más sofisticadas, pero erróneas al fin.
Es increíble que gente que cree saber de economía haga este argumento, lo he escuchado incluso de boca de estudiantes universitarios. Cada vez que lo escucho no puedo evitar agarrarme la cabeza al mejor estilo facepalm. Ahora, ¿cómo se tiene un déficit comercial? Una forma es pidiendo prestado y luego comprando productos importados ¿No? Bueno, este cuentito pretende invertir este orden lógico. Lo que pretende es que primero compramos productos importados, ¡y luego pedimos prestado el dinero para pagarlos! Absolutamente ridículo, por el simple hecho de que para comprar algo primero se necesita pedir prestado el dinero. Ningún comerciante va a vendernos algo porque le prometamos que vamos a sacar un préstamo mañana para pagarle. Por lo tanto, la deuda pública fue en todo caso la que generó el déficit comercial. No al revés. O sea, el estado tomó deuda pública para pagar jubilaciones, sueldos etc. y la gente la gastó en bienes importados etc.
Lo que Zaiat y compañía no entienden, es que todo ese dinero que se llevan los extranjeros del país equivale a demanda futura por nuestros bienes y servicios. Ahora a esta altura hay algunos que dirían: "no cuando tenés 200 países para competir". El ejemplo que me gusta dar es, imaginen al mundo como Argentina y el resto del mundo. O sea, hay solo 2 países, uno es Argentina y el otro el resto del mundo. Si el resto del mundo le vende a Argentina y gana dinero ¡lo hace para en el futuro volver y comprar productos de Argentina! Ya que el objetivo de producir es obtener el poder adquisitivo para comprar productos. Es más, si solo hay 2 actores en un mercado, y uno se rehúsa a comprarle al otro porque solo quiere venderle, va a llegar un momento en que el comercio entre ambos va a parar ya que la velocidad de circulación del dinero va a ser nula, uno por no tener más dinero y el otro por tener y no querer usarlo. Eso es lo que pasa con la política proteccionista, hace más lenta la velocidad de circulación del dinero en el mercado internacional, lo que nos perjudica ya que implica que vamos a tener menor demanda por nuestros productos.
No, no hay ningún problema con la balanza de pagos. Como explica Paul Krugman en su blog, la cuenta capital y la cuenta corriente de la balanza de pagos tienen que sumar cero. Es un hecho ya que una inyección de capital produce un déficit comercial mediante la apreciación del tipo de cambio, el aumento del nivel de precios o algún otro cambio en la economía real que afecta flujos comerciales. Si, el mismo Krugman que ganó el premio Nobel de economía por "su análisis de los patrones comerciales y la localización de la actividad económica" pincha el mito de la balanza de pagos.
Como vemos, este argumento proteccionista de la "extranjerización" de la economía se basa en la balanza de pagos. Pero como Paul Krugman explica, la balanza de pagos se balancea sola. No se necesita a ningún gobierno imponiendo barreras proteccionistas para evitar la "extranjerización". Este argumento, está claro, nada tiene que ver con la economía.
Personalmente, lo que más me molesta de este argumento anti-extranjerización es que de alguna forma implica que algo tan trivial como el pasaporte del presidente de la empresa a la cual le compramos la gasolina u otros de los productos diarios nos hace alguna diferencia. Demolido el argumento de la balanza de pagos, ¿cuál es la diferencia para un consumidor si el producto que compra es de una empresa cuyo presidente tiene pasaporte nacional o extranjero? ¿Cual es la diferencia para un trabajador si el presidente de la empresa para la que trabaja tiene pasaporte nacional o extranjero? No hay respuesta porque no hay diferencia. Lo que yace debajo de este argumento anti-extranjerización es un nacionalismo vacío de todo contenido, tan vacío de contenido que lo único que importa es el pasaporte. ¿Puede usted contemplar que una política seria gire en torno a un pedazo de papel?
Con respecto al tema de la desindustrialización, el hecho de que haya menos trabajo en las fábricas hoy en día no quiere decir que debamos volver a métodos de producción antiguos para dar más trabajo. Hoy en día la mayor parte de la población en todo el mundo trabaja en los servicios, ya que la automatización de los procesos industriales ha liberado mano de obra de la industria para satisfacer otras necesidades. El hecho de que las industrias sean concentradas es algo bueno ya que las economías de escala benefician a la población al producir más barato. Pero que una empresa concentre un mercado no quiere decir que deje de haber oportunidades redituables. Cuando una empresa ya no puede mantenerse en el mercado por una innovación tecnológica, tal vez cambie de línea de producción. Otro punto interesante, es que los trabajos en servicios son los mejor pagos. Como dice el economista Donald J. Boudreaux, los padres no les dicen a sus hijos "nene, cuando seas grande quiero que trabajes en una fábrica de rulemanes"! Les dicen "quiero que seas médico, quiero que sea abogado", o sea ¡profesiones que son consideradas como servicios! Lo que quiere decir que el buen Zaiat en realidad quiere forzar a sus compatriotas mediante políticas proteccionistas a trabajar en trabajos mal pagados para ver satisfacer sus delirios de grandeza nacionalista.
Esta es la mentalidad que tiene el gobierno kirchnerista y sus aliados. La ley de tierras es un intento más de llevar al país por el sendero equivocado, de locuras nacionalistas vacías que nada tienen que ver con la economía. Desde mi punto de vista, este nacionalismo bien puede ser considerado parte de la "imbecilidad estructural" de la que habla Forster.
Si esto es el nacionalismo, si todo en la política debe girar en torno a un pedazo de papel llamado pasaporte, a todos los nacionalistas les deseo una pronta recuperación.
Tal vez cuando de criticar al oficialismo se trate, nadie expresó tan bien una crítica como el filósofo oficialista Ricardo Forster. "Imbecilidad estructural", dijo Forster al referirse al programa afín al gobierno 678 que se emite por canal 7.
En esa "Imbecilidad estructural" conviven ideas obtusas, conspiraciones, el rechazo de la causalidad (causa y efecto) y el enemigo ficticio, aquél que es egoísta, el gorila, el oligarca. A esa estructura se le suman ideas de economía que en realidad no tienen absolutamente nada que ver con la economía, sino que esconden un fin perverso. Hacer de la palabra "extranjero" una mala palabra en un país que fue creado por extranjeros de todas las razas junto con nativos. Hacer de la industria un orgullo de grandeza nacional, es otra de las ideas de falsa economía.
Ministros y funcionarios kirchneristas no se cansan de hablar sobre la "extranjerización de la economía", la cual al parecer es un grave problema heredado de la década de los '90 que afortunadamente ellos han venido a reparar. En esta línea escribe Zaiat. El argumento es simple. En los '90 los extranjeros compraron empresas argentinas y el dinero que ganaban aquí se lo llevaban afuera del país en concepto de remisión de utilidades. La política de libre comercio produjo una desindustrialización del país ya que la gente al comprar un producto importado dejaba de comprar uno nacional, generando así desempleo en la economía local. Esto se veía reflejado en el déficit comercial. Entonces nos endeudábamos para mantener a las empresas extranjeras y que así podían seguir contratando más empleados en sus países de origen. Este argumento se podría resumir en una frase: "se venían a llevar la plata del pueeeeblooo". Claro que ridiculizar no es la idea de este texto, pero esos argumentos ridículos a veces tienen su raíz en cosas un poco más sofisticadas, pero erróneas al fin.
Es increíble que gente que cree saber de economía haga este argumento, lo he escuchado incluso de boca de estudiantes universitarios. Cada vez que lo escucho no puedo evitar agarrarme la cabeza al mejor estilo facepalm. Ahora, ¿cómo se tiene un déficit comercial? Una forma es pidiendo prestado y luego comprando productos importados ¿No? Bueno, este cuentito pretende invertir este orden lógico. Lo que pretende es que primero compramos productos importados, ¡y luego pedimos prestado el dinero para pagarlos! Absolutamente ridículo, por el simple hecho de que para comprar algo primero se necesita pedir prestado el dinero. Ningún comerciante va a vendernos algo porque le prometamos que vamos a sacar un préstamo mañana para pagarle. Por lo tanto, la deuda pública fue en todo caso la que generó el déficit comercial. No al revés. O sea, el estado tomó deuda pública para pagar jubilaciones, sueldos etc. y la gente la gastó en bienes importados etc.
Lo que Zaiat y compañía no entienden, es que todo ese dinero que se llevan los extranjeros del país equivale a demanda futura por nuestros bienes y servicios. Ahora a esta altura hay algunos que dirían: "no cuando tenés 200 países para competir". El ejemplo que me gusta dar es, imaginen al mundo como Argentina y el resto del mundo. O sea, hay solo 2 países, uno es Argentina y el otro el resto del mundo. Si el resto del mundo le vende a Argentina y gana dinero ¡lo hace para en el futuro volver y comprar productos de Argentina! Ya que el objetivo de producir es obtener el poder adquisitivo para comprar productos. Es más, si solo hay 2 actores en un mercado, y uno se rehúsa a comprarle al otro porque solo quiere venderle, va a llegar un momento en que el comercio entre ambos va a parar ya que la velocidad de circulación del dinero va a ser nula, uno por no tener más dinero y el otro por tener y no querer usarlo. Eso es lo que pasa con la política proteccionista, hace más lenta la velocidad de circulación del dinero en el mercado internacional, lo que nos perjudica ya que implica que vamos a tener menor demanda por nuestros productos.
No, no hay ningún problema con la balanza de pagos. Como explica Paul Krugman en su blog, la cuenta capital y la cuenta corriente de la balanza de pagos tienen que sumar cero. Es un hecho ya que una inyección de capital produce un déficit comercial mediante la apreciación del tipo de cambio, el aumento del nivel de precios o algún otro cambio en la economía real que afecta flujos comerciales. Si, el mismo Krugman que ganó el premio Nobel de economía por "su análisis de los patrones comerciales y la localización de la actividad económica" pincha el mito de la balanza de pagos.
Como vemos, este argumento proteccionista de la "extranjerización" de la economía se basa en la balanza de pagos. Pero como Paul Krugman explica, la balanza de pagos se balancea sola. No se necesita a ningún gobierno imponiendo barreras proteccionistas para evitar la "extranjerización". Este argumento, está claro, nada tiene que ver con la economía.
Personalmente, lo que más me molesta de este argumento anti-extranjerización es que de alguna forma implica que algo tan trivial como el pasaporte del presidente de la empresa a la cual le compramos la gasolina u otros de los productos diarios nos hace alguna diferencia. Demolido el argumento de la balanza de pagos, ¿cuál es la diferencia para un consumidor si el producto que compra es de una empresa cuyo presidente tiene pasaporte nacional o extranjero? ¿Cual es la diferencia para un trabajador si el presidente de la empresa para la que trabaja tiene pasaporte nacional o extranjero? No hay respuesta porque no hay diferencia. Lo que yace debajo de este argumento anti-extranjerización es un nacionalismo vacío de todo contenido, tan vacío de contenido que lo único que importa es el pasaporte. ¿Puede usted contemplar que una política seria gire en torno a un pedazo de papel?
Con respecto al tema de la desindustrialización, el hecho de que haya menos trabajo en las fábricas hoy en día no quiere decir que debamos volver a métodos de producción antiguos para dar más trabajo. Hoy en día la mayor parte de la población en todo el mundo trabaja en los servicios, ya que la automatización de los procesos industriales ha liberado mano de obra de la industria para satisfacer otras necesidades. El hecho de que las industrias sean concentradas es algo bueno ya que las economías de escala benefician a la población al producir más barato. Pero que una empresa concentre un mercado no quiere decir que deje de haber oportunidades redituables. Cuando una empresa ya no puede mantenerse en el mercado por una innovación tecnológica, tal vez cambie de línea de producción. Otro punto interesante, es que los trabajos en servicios son los mejor pagos. Como dice el economista Donald J. Boudreaux, los padres no les dicen a sus hijos "nene, cuando seas grande quiero que trabajes en una fábrica de rulemanes"! Les dicen "quiero que seas médico, quiero que sea abogado", o sea ¡profesiones que son consideradas como servicios! Lo que quiere decir que el buen Zaiat en realidad quiere forzar a sus compatriotas mediante políticas proteccionistas a trabajar en trabajos mal pagados para ver satisfacer sus delirios de grandeza nacionalista.
Esta es la mentalidad que tiene el gobierno kirchnerista y sus aliados. La ley de tierras es un intento más de llevar al país por el sendero equivocado, de locuras nacionalistas vacías que nada tienen que ver con la economía. Desde mi punto de vista, este nacionalismo bien puede ser considerado parte de la "imbecilidad estructural" de la que habla Forster.
Si esto es el nacionalismo, si todo en la política debe girar en torno a un pedazo de papel llamado pasaporte, a todos los nacionalistas les deseo una pronta recuperación.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Política
En la política hay que involucrarse, me dicen. Involucrarse ¿Entendió? Ok, creo que entiendo. Me voy a comprar esta bici y voy a recorrer mi barrio pregonando las bondades del capitalismo. Hey! ¿quien dijo que la política no funciona?
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