jueves, 18 de diciembre de 2014

Mixed Emotions

La reapertura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba me genera emociones matizadas.

Por un lado reafirma y refuerza la superioridad moral de la izquierda. Quiero ser claro, si se tratase de Hitler, Mussolini o el gobierno del apartheid Sudafricano, una reapertura de las relaciones que terminaron poniendo de rodillas a esos regimenes no solo sería imposible, sino que también sería impensada. Como se trata de Cuba, pais comunista y cuna del terrorismo a nivel mundial, esta justificado porque hay una buena intención detras. La izquierda no hace golpes, hace revoluciones.

En segundo lugar, será bueno y hasta cómico ver como ese sistema fracasado continuará sin su excusa histórica sobre la cual ya no podrán hechar todas las culpas de su miseria: El bloqueo. Sin el bloqueo ¿A quien van a culpar los cubanos de su propia incapacidad para producir otra cosa que no sea terroristas y propaganda comunista?

En tercer lugar está por verse si la sociedad cubana va a demandar cambios a consecuencia de tener un mercado mas amplio como el estadounidense para comerciar. Esto no es trivial, nada asegura que el individuo cuando se encuentra con una mejoría económica exija mayor libertad política y social. Los cambios suelen ser al revés, el marco constitucional de propiedad privada y derechos individuales es lo que genera los cambios económicos. De alguna forma puede terminar funcionando, pero los cambios no pueden ser solo económicos.

Por último existe la posibilidad de que esta reapetura de Estados Unidos a Cuba genere una apertura de libre mercado en la región. Esto es algo que simplemente no va a suceder mientras perduren muchos de los gobiernos actuales en América Latina. Aunque en el futuro la acción del país del norte pueda ser vista como un acto de clemencia que lleve a la izquierda a deponer sus intransigentes demandas de nacionalismo económico y represión financiera y acepte la agenda pro-mercado. Solo podemos soñar.