martes, 31 de enero de 2012

El sueño progre: La reestatización de YPF

Según informa La Nación, el gobierno nacional analiza la reestatización de YPF, la pretolera que en algún momento tuvo a cargo el monopolio de la producción de hidrocarburos en Argentina. Como si no fuera poco, luego de las estatizaciones de Aguas Argentinas, Aerolíneas y las AFJP el gobierno Kirchnerista va por más.

Luego de un largo trasnochar de 8 años el gobierno kirchnerista se dió cuenta que los controles de precios no funcionan y generan desabastecimiento. La solución aparentemente es reestatizar YPF. Solucionar la crisis intervencionista con más intervencionismo es la receta.

El argumento que se expone contra las petroleras es que las mismas operan en forma cartelizada y que no han reinvertido utilidades motivo por el cual la producción a caído año tras año. Si operan en forma cartelizada habría que ver las barreras de entrada que hay para el mercado petrolero. Como por ejemplo la familia Eskenazi, los nuevos dueños de YPF con una participación del 25%, ingresaron a la compañia por presión de Néstor Kirchner a Repsol y pagaron su participación con las propias ganancias que obtuvieron de YPF. Y con respecto a la caída de la producción el motivo es claro, Argentina tiene potencial pero los controles de precios no funcionan, generan escasez en cualquier lugar del mundo en donde se aplican. Además de los controles de precios el sector petrolero también tiene retenciones, mucho más altas que las de la soja. Por un lado el gobierno le saca todo el incentivo para invertir a las empresas y por el otro les exige que inviertan. El planteo es por lo menos un tanto cínico.

La reestatización de YPF es una idea con la que mucha gente se identifica, pero claramente no es el camino correcto. YPF cuando se privatizó daba pérdidas y era un nido de ñoquis. Es cierto que YPF logró el autoabastecimiento, pero eso solo fue posible gracias a la privatización de la exploración y extracción del petróleo efectuada por Frondizi. Aún así YPF creció en cantidad de empleados hasta llegar a ser una compañia elefantiásica. La prueba está en que cuando se privatizó, la compañia funcionaba con una fracción de la cantidad de empleados que tenía antes.

Por otro lado, hay que considerar que la potencialidad que tiene la Argentina es en yacimientos de petróleo y gas no convencionales, conocidos como yacimientos "shale". Esos yacimientos son de roca y adentro de la roca es donde se almacena el petróleo y el gas. Pero el proceso para extraer los hidrocarburos de los yacimientos shale es muy costoso, mucho mas costoso que los pozos comunes. La tecnología para explotar yacimientos shale (fracturación hidráulica) es una teconología que no maneja ninguna compañia en Argentina. Recomiendo leer este artículo para aquellos que les interese el tema de la incipiente industria de shale gas y su desarrollo en Estados Unidos.

Mucha gente señala a Petrobras como prueba del "error" que cometimos los argentinos al privatizar YPF, sin saber que hoy en día Petrobras tiene una mayoría accionaria de capital privado que puja por sus intereses.

Ante este panorama está claro que lo que necesita Argentina no es reestatizar YPF, sino dar estabilidad en las reglas de juego y así generar un clima de confianza que atraiga inversiones al sector petrolero. Inversiones que son muy necesarias y que asimismo generarán la transferencia de tecnología para el desarrollo de la industria local de shale gas.

Reestatizar YPF equivale a dejar la principal empresa petrolera del país para satisfacer los intereses de los gobernantes. Por el contrario, abrir el sector petrolero al capital privado con reglas de juego estables que generen un clima de confianza implica ajustar al mismo a las leyes de la oferta y la demanda y al interés que tenemos todos los argentinos en una efectiva provisión de la energía.

miércoles, 25 de enero de 2012

La demonización de la minería en Argentina y el riesgo de la prohibición de actividades

Al parecer la demonización de la minería es una actividad que está de moda en Argentina. A los políticos candidatos a ocupar puestos ejecutivos en las provincias mineras muchas veces se los fuerza a tomar posición en el tema de la minería. Casos hay muchos, desde la prohibición de una mina en Esquel, votada por los propios ciudadanos, hasta más recientemente el conflicto en Famatina por la instalación de una mina. A diario se escuchan voces en contra de la minería en los canales de noticias y las radios de todo el país. Escuchamos los mismos argumentos, una y otra vez:

Que las mineras contaminan
Que se llevan nuestros recursos
Que no dejan un centavo en el país

¿Cuanto hay de verdad en toda esta histeria anti-minera? ¿Es un tema para preocuparse? La contaminación es algo inherente a la actividad humana, toda actividad productiva contamina. Por ejemplo, los frigoríficos contaminan, sin embargo no vemos puebladas para que cierren frigoríficos.

Desde la revolución industrial el hombre ha contaminado el mundo cada vez en mayor proporción, y nuestro nivel de vida ha mejorado sustancialmente. De esa forma se podría argumentar a favor de la contaminación, ya que los datos muestran que a mayor contaminación, mayor nivel de ingresos y expectativa de vida.

En el caso de la minería la acusación puntual es que se contamina el agua. Hoy en día suena hasta ridícula la acusación, como si viviesemos tomando agua de los rios y no tuvieramos agua potable! Y si quieren que les explote la cabeza, vean el caso de Singapur. Lo que sucede en Singapur es más que interesante, a pesar de no tener una gota de agua potable se las arreglan para ser uno de los paises mas ricos de Asia ¿Como hacen? Purifican el agua de desecho. Tal vez, una muestra de lo que vendrá.

Que las mineras se llevan nuestros recursos es algo que parece lógico pero es falso. Primero, para que el oro, la plata o cualquier mineral sea un recurso antes hay que extraerlo, por el sencillo motivo de que el mineral en cuestión enterrado 1000 metros bajo tierra no le sirve a nadie. Pero resulta que no es tarea fácil extraer esos minerales, requiere de planificación, maquinaria pesada (y muy costosa), know-how y trabajadores capacitados. Esto es solo el comienzo, ya que recién cuando se tiene todo esto se pueden comenzar las operaciones, pero tal vez se encuentre menos mineral del esperado y todo sea un fracaso. Si, la actividad minera es una actividad de riesgo. En definitiva, alguien tiene que tomar el riesgo y extraer esos minerales para incrementar el stock mundial de los mismos, de otra forma enterrados no valen nada y no son utilizables.

Por último, la fracesita de que las mineras "no dejan un centavo" es simplemente falsa. El sindicato minero es el de sueldos más altos de Argentina. Pero lo que yace debajo de esta frase es una oposición a que las empresas remitan utilidades a sus paises de origen. Esto es algo que también puede sonar lógico pero solo demuestra ignorancia, ya que el dinero que se llevan las empresas de nuestro pais retorna como demanda futura por nuestros bienes y servicios.

Ahora, muchos se preguntarán ¿Pero que país hay que haya crecido gracias a la minería? La respuesta es Australia. Recomiendo ver este video (en inglés) de la página de discovery channel donde explica como Australia tiene un alto nivel de vida explotando sus recursos naturales.

Camión de minería trabajando en la mina Super Pit, en Australia

Según informa el video, Australia es:

El tercer productor mundial de oro.
El primer productor mundial de mineral de hierro, aluminio y diamantes industriales.
El segundo productor mundial de uranio.
El cuarto productor mundial de plata.
El quinto productor mundial de carbón.

Pero Australia no vive solo de explotar sus recursos mineros, también tiene un sector agrícolo-ganadero muy importante. ¿Se imaginan si en Argentina la gente estuviese en contra de la producción de soja? Sin embargo, cuando se trata de la minería el tema se torna tabú. No se puede, acá no ¿Por que no? ¿Por que los Australianos lo pueden hacer y nosotros no?

Y si algún chico tiene el sueño de ser minero cuando sea grande, pues bien, cuando sea grande alguien le explicará que en Argentina la minería es considerada demoníaca y que todos sus sueños deben ser enterrados. ¿Que tiene de malo ser minero? Nada! Con esta mentalidad vamos camino a la prohibición de actividades.

jueves, 19 de enero de 2012

Progresistas sobre la libertad de prensa: Que digan lo que quieran, pero que no se note

Hoy me topé con un artículo en página12 llamado "¿Quién va a escuchar la radio de los wichís?"
donde el autor intenta responderle a Jorge Lanata luego de que éste se hiciera dicha pregunta. El autor nos ilumina sobre la nueva ley de medios y como con esta ley los mapuches han podido tener su radio comunitaria donde el objetivo no es el lucro. También nos comenta sobre las radios de cooperativas, sindicatos e iglesias, cosas que tranquilamente pueden existir (y existían) sin la nueva ley de medios.

Pero lo que más me llamó la atención del artículo fue la frase: "Para ellos la lógica es maximizar la llegada, sea para influir políticamente en la población, sea para conseguir más anunciantes." ¿Acaso no es eso lo que cualquier medio de comunicación busca? O sea, tener más llegada, más audiencia ¿Acaso al canal Encuentro no le gustaría hacer 30 puntos de rating como Tinelli? Hay que ser ingenuo para decir que no. Sinceramente no puedo imaginar de que forma un comunicador social puede sentirse mejor correspondido que cuando la gente elije ver sus productos masivamente. En definitiva esa es su razón de ser, comunicar. Lo que el autor plantea es como decir que a un músico no tiene por que importarle cuanta gente escucha su música, o a un pintor cuanta gente demanda sus cuadros.

El autor trata de sacar al público masivo de la ecuación porque esa es justamente la intencion detrás de la ley de medios que está defendiendo. Lo que pretenden es que nadie pueda transmitir un mensaje a toda la población en su conjunto, nadie excepto el gobierno porsupuesto. ¿Libertad de elección? ¿Que es eso?

Por otro lado el juez de la corte suprema Eugenio Zaffaroni, reconocido jurista progresista, hizo declaraciones con respecto a la libertad de prensa en el país. Según Zaffaroni no existe un recorte de la libertad de prensa en Argentina ya que no hay censura de contenidos. "Es una cuestión en cuanto diversificación de medios, no en cuanto a contenidos" dijo el juez.

Al parecer Zaffaroni considera como "diversificación de medios" el hecho de que se pretenda desguasar a las empresas de medios más importantes del país, y no lo considera como un problema para la libertad de prensa. No hay censura de contenidos, eso es todo lo que importa. Aquí no ha pasado nada. Eso en todo caso es "diversificación de medios".

Dicho en otras palabras: que digan lo que quieran, pero que no se note.

martes, 17 de enero de 2012

El ministro del interior Randazzo se publicita en Facebook

Hoy al entrar a facebook y me llamó la atención uno de los anuncios pagos que aparecen al costado derecho de las actualizaciones de estado de los contactos:



¿Que carajo hace Florencio Randazzo pagando para mendigar "me gusta"? Patético.

domingo, 15 de enero de 2012

La industrialización como objetivo

Las recientes medidas intervencionistas en Argentina muestran una clara intención por parte del gobierno nacional de defender el proteccionismo a toda costa. A las restricciones para la compra de dólares se le han sumado el control total de las importaciones. Esto quiere decir que los ciudadanos se ven perjudicados al querer comprar moneda extranjera o productos extranjeros, todo en nombre de defender la industria nacional.

Más interesante se torna el tema cuando nos enteramos que esa industria nacional que se pretende defender, poco tiene de nacional y los productos que fabrican suelen ser meros ensamblajes de partes importadas, como informa Carlos Pagni hoy en La Nación. Eso es exactamente lo que pasa con el polo de la industria electrónica de Tierra del Fuego, excusa por la que todos los Argentinos pagamos los electrónicos hasta el doble de su precio.

La explicación para estas medidas económicas son que el gobierno quiere mantener el superávit comercial, razón por la cual se obliga en muchos casos a las empresas a exportar mercadería por el mismo valor como condición para importar.

Más allá de este dilema ya resuelto por Milton Friedman hace más de 50 años, cuando propuso dejar flotar libremente la moneda como solución a los desequilibrios externos del país emisor, hay una desición gubernamental de mantener el tipo de cambio administrado con un creciente proteccionismo. Esta decisión se puede entender desde la posición ideológica del gobierno en torno al comercio. Cristina Kirchner ha alabado públicamente al economista Aldo Ferrer, en motivo de la asunción de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del banco central, remarcando que ambos pertenecen a la misma corriente de pensamiento. Aldo Ferrer es el economista que propone "vivir con lo nuestro".

El creciente intervencionismo económico justificado en la defensa de la industria nacional muchas veces se entiende como lógico y hasta positivo por personas ajenas al gobierno, pero esto es algo que debe ser revisado. La industrialización fue el objetivo principal con el que nació la Unión Soviética, y la URSS logró una industrialización madura mientras que la gente sufría faltantes de productos de primera necesidad.

Pero la verdadera tragedia de esta historia de privaciones que vivimos los Argentinos en la actualidad (o parodia nacional y popular, como me gusta llamarla), es que se nos quiere forzar una industrialización en un mundo post-industrial, donde la industria ya no dá trabajo debido a la creciente automatización de los procesos industriales. No sólo la industria ya no dá la cantidad de trabajo que solía dar, sino que los trabajos en la industria son mal pagados. Los mejores trabajos están en el sector de servicios, donde se concentra la mayor parte del mercado de trabajo en esta sociedad post-industrial.

La solución pasa por cambiar el objetivo, el cual no debe ser la industrialización, sino el bienestar de la población en su conjunto abrazando la post-industrialización, dando lugar al mercado de capitales y al ajuste del sector industrial y de servicios de acuerdo a la demanda del mundo globalizado.