sábado, 29 de octubre de 2011

Ganó Cristina, perdió el fundamentalismo K

Como estaba previsto, Cristina Kirchner arrasó en las elecciones presidenciales del 23 de Octubre pasado. Con el 53,9% de los votos obtuvo un segundo mandato presidencial. El candidato socialista Hermes Binner quedó segundo con 16,8%, a 37 puntos de Cristina.

Muchos analistas señalan que el triunfo de Cristina deja una oposición muy débil, aunque eso no sea culpa de Cristina.

Lo que no se ha señalado con tanto énfasis, es el otro gran perdedor de estas elecciones: el fundamentalismo kirchnerista. Ese que inunda la pantalla de canal 7 y demás medios adictos al gobierno, donde todos los días se intenta censurar toda crítica al gobierno nacional atacando personalmente a cualquiera que ose criticarlo.

Muchos se preguntarán, pero si Cristina arrasó en las elecciones ¿eso no reivindica al sector más duro del gobierno? Sucede que la tesis central en la que se basa todo el andamiaje mediático kirchnerista es que los medios de comunicación "controlan a la sociedad". Entonces de esa forma, los medios de comunicación condicionaron gobiernos, pusieron presidentes, y sacaron leyes en favor de sus propios intereseres.

Ahora ¿Como se explica que con todos esos medios en contra Cristina haya sacado el 53,9% de los votos? Menuda tarea va a ser la del fundamentalismo kirchnerista de explicar esta contradicción en el discurso. Personalmente creo que es un tiro de gracia al discurso político más rancio y decadente que alguna vez existió en el país.

No, los medios no controlan nuestro pensamiento. Simplemente entretienen, informan y transmiten opiniones. Allí donde exista una necesidad de información, siempre va a haber gente tratando de suplir esa necesidad. Lo que no se puede concebir, es que la misma gente que gobierna, también controle los medios de comunicación. Porque eso entraría en conflicto con los intereses de aquellos que están en el gobierno. Por eso la gente sigue consumiendo Clarín y los medios críticos, porque así como nadie es un buen crítico de sí mismo, el gobierno tampoco es buen crítico de sus políticas. Denostar al periodismo por ser crítico, es como acusar a alguien de hacer su trabajo. El periodismo es crítico por naturaleza.

Para cualquiera que haya vivido la década de los 90 y tenga la palabra "corrupción" grabada en la cabeza, tiene que entender que esos hechos fueron informados por los medios de comunicación. Esos progres que hoy detestan a los medios críticos, no entienden que los medios no tienen la ideología en un primer plano (a excepción de algunos medios marginales), sino ser una alternativa confiable en un mercado competitivo como lo es el de la comunicación.

lunes, 17 de octubre de 2011

Medios y poder político

Excelente documental emitido por TN que explica la situación que la prensa sufre en Venezuela, Ecuador y Argentina y el plan sistemático de los gobiernos de dichos paises para destruir a los medios independientes. El fin es lograr la hegemonía comunicacional mediante:

1- Debilitar al sector privado

2- Fortalecer al sector público

3- Impulsar la creación de medios alternativos


martes, 4 de octubre de 2011

Roca no expropió a los pueblos originarios

En la demonización de Roca que vivimos suelen expresarse 2 argumentos a título de cargos o crímenes que al parecer el ex presidente de la generación del 80 ha cometido y nos venimos a enterar ahora gracias a la campaña de demonización, eehhh digoo, investigación del progresismo intelectual. El argumento central es que Roca mató indios, por lo que se lo acusa de genocida. Este argumento ya fue respondido por Mariano Grondona en el artículo de La Nación al que hace referencia el post anterior. No se puede comprender a alguien sin contextualizar el pensamiento y el contexto de la época.

Pero hay un argumento más ridículo todavía. Este argumento consiste en que Roca, con la campaña del desierto, "expropió" a los pueblos originarios de su tierra. Esto es simplemete falso. Primero porque los mapuches, que eran la tribu que combatió Roca, eran originarios de Chile. Segundo, y más importante, es que los pueblos indígenas nunca tuvieron un sistema de propiedad privada. Eran pueblos nómades en su mayoría que vivían de la caza de animales. Así es como atacaban poblaciones de colonos en la provincia de Buenos Aires, mataban a los hombres y violaban y se llevaban a las mujeres y los niños. Acontecimientos documentados en la historia Argentina. Luego esos malones llevaban el ganado a Chile y lo vendían del otro lado de la cordillera.

Aquí la confusión proviene de no comprender como se generan los derechos de propiedad. No se puede argumentar sobre una supuesta "propiedad colectiva" ya que va en contra del concepto de propiedad, porque lo que es de todos no es de nadie. O sea, los derechos de propiedad no estaban definidos sobre el territorio argentino. Al no tener un sistema de propiedad privada, los indios nunca hicieron apropiación de la tierra, por lo tanto no se puede reclamar como propio algo que nunca se apropió. La vuelta más absurda de este argumento es que si se aceptara que los indios fueron expropiados, entonces para repararlos todos los argentinos deberíamos dejar nuestras casas en propiedad de algún miembro de las comunidades originarias, ya que están construidas en territorios que "les fueron expropiados".

La camapaña del desierto, más allá del escatológico relato progre que pretende demonizarla, fue una campaña en contra del desierto como su nombre lo indica, no en contra del indio (sino se la hubiese llamado "campaña contra el indio" o "guerra contra el indio"). Ya que lo necesario era consolidar la propiedad privada de la tierra para ponerla a uso productivo y delimitar las fronteras, osea conquistar el desierto. Por lo tanto, se puede acusar a Roca de haber apropiado y repartido el territorio nacional, pero de ninguna manera de haber expropiado el mismo, ya que ese terrotorio apropiado por Roca no había sido apropiado por otra persona con anterioridad.

domingo, 2 de octubre de 2011

Mariano Grondona sobre la demonización de Roca

Excelente artículo de Mariano Grondona sobre la demonización del presidente Julio A. Roca por parte del progresismo. Responde a la acusación de "genocida" que disparan autores como Osvaldo Bayer contra el recordado presidente de la generación del 80. Sobresale especialmente la referencia que hace del sociólogo Max Weber:

"La calificación de "genocida" mediante la cual se lo pretende demonizar incurre en un pecado que el propio Max Weber denunció cuando sostuvo que el verdadero historiador no es quien retroproyecta sus propios valores al pasado, sino quien describe a los protagonistas del pasado desde los valores que ellos mismos poseían."

Creo que esto es un knock-out técnico al relato kirchnerista de la historia. Los progres ya pueden dar por terminado el caso, el último que cierre la puerta y apague la luz.