viernes, 9 de noviembre de 2012

La Crisis de Representación en Argentina

Luego de la manifestación del 8 de Noviembre, llegó la respuesta oficial. La presidenta dijo:

"el verdadero problema es la falta de una dirigencia política que represente un modelo alternativo"

"De eso no podemos hacernos cargo. Nosotros creemos en el nuestro. Que se encarguen los que no creen en el nuestro en hacer el suyo"

Es cierto que falta una diregencia política que ofrezca un modelo alternativo, pero ahí no termina la historia. Apenas empieza. Habría que preguntarse ¿Por qué no hay una alternativa al gobierno en la oposición? ¿Por qué la gente que se opone al actual gobierno está huérfana de representación?

Esta falta de representación de la oposición se explica en gran medida por la concentración de recursos en el gobierno nacional. Las retenciones son impuestos no coparticipables, por lo que el gobierno maneja esa caja a discreción además de abusar del financiamiento por emisión monetaria. A falta de una ley que reglamente la coparticipación (como ordena la Constitución Nacional) el gobierno ha favorecido a Gobiernos leales. Esto ha perjudicado el federalismo, a tal punto que las provincias son totalmente dependientes del gobierno nacional para solventar sus cuentas.

Se pueden poner como ejemplos a los gobernadores Colombi (Corrientes) y Buzzi (Chubut). Ambos llegaron al gobierno de sus provincias de la mano de partidos anti-kirchneristas como la UCR en el caso de Colombi y con el apoyo del ex-gobernador Mario Das Neves en el caso de Buzzi. Luego de ganar las elecciones sucedió lo que los Argentinos estamos acostumbrados desde hace una década: Ambos gobernadores se aliaron con el gobierno nacional y rechazaron sus alianzas electorales. Una cosa está clara: en Argentina el federalismo está muerto.

Cualquier opositor en Argentina está acostumbrado a escuchar el argumento oficial de "Armen un partido político y ganen las elecciones". El problema con este Argumento es que es pura retórica, lo que el gobierno nacional hace es todo lo opuesto. Por un lado incita a los opositores a armar nuevos partidos políticos y por el otro compra voluntades mediante un reparto absolutamente discrecional de los fondos no coparticipables, fondos que se niega a reglamentar como lo manda la Constitución Nacional.

El 8N ya pasó, ahora se viene el 7D

El hecho de que los opositores no tengan medios de comunicación de alcance nacional para expresarse, como propone la ley de medios, dificulta aún más la aparición de alternativas opositoras a nivel nacional. Esta concentración de recursos y próximamente concentración mediática en el gobierno nacional es una barrera inexpugnable para los sectores de la sociedad que no se sienten representados por el gobierno nacional.

Esta parece ser la receta del populismo. Concentrar todos los recursos en el estado nacional, reformar las constituciones nacionales para permitir la reelección indifinida y luego acusar a los opositores de no lograr generar una alternativa ocultando que desde el estado nacional se parte con una gigantesca ventaja.

Aún así, no estoy argumentando que la oposición hizo todo bien. Para nada, hay mucho para criticar en la oposición. Por ejemplo, los partidos de oposición luchan por estar a la izquierda del gobierno. Esto es algo que no tiene mucho sentido si se quiere ofrecer un cambio. Los gobiernos populistas suelen monopolizar la etiqueta de "la izquierda" y querer presentarse como "la verdadera izquierda" termina jugandole a favor al populismo. No funciona. Es lo mismo que intentó hacer Capriles en Venezuela y fracasó. En vez de presentarse como un defensor de la libertad económica y financiera (algo que Venezuela no tiene), decidió mostrarse como una continuación de Chavez. Quiso ponerse a la izquierda del populismo, o como decimos "quiso ser mas papista que el papa". Esa estrategia contra el populismo, no funciona. Aún así, la derrota de Capriles también se debió a las desventajas institucionalizadas desde el poder central como explicamos en el párrafo anterior. Pero no debemos conformarnos con esa explicación, la oposición tiene la obligación de proponer un modelo diferente. Intentar ganarle al populismo en su propia cancha es algo que no parece posible.

Buena parte de la oposición Argentina sufre del mismo problema que Capriles. Intentan ponerse a la izquierda del Kirchnerismo y acusar al gobierno de ser la derecha. Tal vez la única excepción a esta regla sea el PRO de Mauricio Macri (del cual toda la oposición intenta despegarse como si fuera el diablo). El socialismo es un caso perdido. La UCR, más allá de que mucha gente piense que representa a una derecha centrista, sigue siendo el partido de Raúl Alfonsín y han dado sobradas muestras de que quieren ser más progresistas que el Kirchnerismo. No creo que la UCR sea un caso perdido, si creo que necesita un cambio en la conducción si realmente prentenden ser una alternativa opositora. El PRO se encuentra en una de las mejores posiciones en las que podría estar, ya que toda la oposición quiere estar a la izquierda del Kirchnerismo dejandole el monipolio de la derecha al PRO. Un monopolio regalado. No es poca cosa. Hay que ver si saben aprovecharlo.

Por suerte la constitución no permite la reelección indefinida, y hay que reconocer que la oposición ha tomado la iniciativa con respecto a la reforma de la Constitución. El freno a la re-reelección es la esperanza que nos queda, pero falta mucho por hacer para fortalecer las instituciones y el federalismo.

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