lunes, 19 de marzo de 2012

Teorías Fisura: La teoría de un solo demonio

Para entender la adhesión fanática que despierta el Kirchnerismo en algunos sectores de la sociedad argentina, es imprescindible remitirse a su política de derechos humanos. Néstor Kirchner llevó adelante la reapertura de los juicios por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. Existe un consenso en que esos juicios han beneficiado a la democracia argentina, pero el fanatismo viene de otro lado. El gobierno de Kirchner no sólo reabrió los juicios por violaciones a los derechos humanos, sino que también impuso una nueva "historia oficial" en los manuales escolares. Una historia oficial que se basa en lo que el historiador Marcos Novaro llama "La teoría de un solo demonio".

Para imponer la teoría de un solo demonio, el gobierno kirchnerista primero impugnó la teoría de los dos demonios. Pero la reemplazaron con una teoría que es lisa y llanamente una defensa acérrima de la guerrilla en su conjunto y pretende censurar cualquier vinculación de la misma con la escalada de violencia que vivió la Argentina en la década de los 70. Es de ahí desde donde viene el fanatismo kirchnerista, de una izquierda trasnochada y sectaria que sabe a quién odiar. Ese odio es su común denominador.

La teoría de un solo demonio carece de metodología, el golpe de 1976 se explica con una mega-conspiración de las fuerzas armadas, la sociedad rural y demás sectores civiles que querían tomar el control de la economía ¿Y la guerrilla que papel juega en esta teoría? Ninguno, la guerrilla fue simplemente la excusa de los militares y sus aliados para hacer el golpe. Todo un rechazo de la causalidad.

No solo la teoría hace agua para explicar la historia mediante causa y efecto, sino que se aplica un criterio de moral subjetivo para condonar las acciones llevadas a cabo por los guerrilleros y a la misma vez se aplica un criterio de moral objetivo para analizar la actuación de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad y diversos sectores civiles durante la dictadura militar.

Con esta teoría, el solo hecho de que una persona haya "trabajado" durante la dictadura puede ponerlo de sospechoso ante el dedo acusador del estado nacional, cuando la realidad es que todo el mundo trabajo en esa época. Se pone a una porción indeterminada de la sociedad bajo juicio, cosa de que siempre se puedan adicionar "nuevos enemigos" si fuera necesario. Basta con ver el trato que recibe el periodista Jorge Lanata en el programa oficialista 678 que se emite por Canal 7. Antes lo apoyaban porque estaba a favor de la ley de medios K, luego cuando Lanata tomó distancia del gobierno comenzaron a vincularlo con los militares recortando frases suyas fuera de contexto.

Esta teoría funciona para el gobierno, hace poner a sus opositores a la defensiva, en una situación en la que el acusado debe probar que los vínculos con la dictadura de los que se lo acusa son falsos. Básicamente, se invierte la carga de la prueba. Como si cualquier persona que no adhiera a la teoría de un solo demonio perteneciese al "lado oscuro" de la república. Un disparate.

La teoría de un solo demonio es una fisura social. No hay ninguna esperanza de que esta teoría pueda generar cohesión o algún tipo de amalgama social en una sociedad que lejos está de tener un pensamiento homogéneo. Es un elemento tóxico introducido en la política argentina que está destinado a desaparecer, como toda historia oficial.

Desde el punto de vista metodológico, la teoría de los dos demonios es superior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario