jueves, 1 de septiembre de 2011

El Buen Kirchner

 Néstor Kirchner fue tal vez el presidente que más poder ha acumulado en la historia Argentina. No por el tiempo que lo ejerció, ya que murió en 2010 luego de 7 años en el poder y tanto Perón como Menem ejercieron por más tiempo, sino por la dureza con que lo hizo. Su influencia en el gobierno de su esposa esta fuera de cuestionamiento. Era Néstor Kirchner el que manejaba la economía del país, no Cristina.

 Entender el legado de Kirchner es complejo, pero se lo puede definir como un líder que despierta fanáticas adhesiones tanto entre las personas comunes como entre los intelectuales y los artistas así como también el ciego rechazo de muchos. El objetivo de este texto es simplemente limitar la mirada al Kirchner economista.

 ¿Que podemos descubrir de Néstor Kirchner como economista? Bueno, para empezar era abogado. Pero claramente le interesaba la economía. Tal es así que sus ministros de economía eran meros títeres que cumplían órdenes sin ninguna autonomía.

 Néstor Kirchner era un intervencionista y creía en un rol activo del gobierno en la economía, lo que causaba un placer casi sexual en los círculos progresistas argentinos. ¡Por fin uno! Por ahí se le escuchó decir a un incomprendido. Una política de controles de precios con métodos policíacos, subsidios a la energía y al transporte, administración del tipo de cambio, proteccionismo y retenciones a las exportaciones son los aspectos más fuertes de la orgía de coerción estatal que impuso Kirchner en la economía Argentina. También se puede mencionar la política monetaria inflacionaria con la que se financia el gobierno hasta el día de hoy como un rasgo de la heterodoxia económica de Kirchner.

  También cabe mencionar las políticas de bienestar como el sistema de jubilaciones de reparto, la asignación universal por hijo, los planes trabajar etc. Inclusive en 2009 se le ocurrió al gobierno de su esposa lanzar un paquete de medidas de estímulo al mejor estilo keynesiano. Todas políticas abocadas al consumo interno.

 Hasta acá la mala economía, la cual rechazo por principios.

 El progresismo argentino se engolosinó tanto con Néstor Kirchner que a cualquiera que se le opusiera se lo tildaba de "derechista". Kirchner se había ganado la etiqueta de progresista, pero no solo eso, sino que en cierta medida Kirchner pasó a definir lo que era el progresismo y las posiciones que ese movimiento tomaba.

 Se le atribuyó a la gestión de Kirchner el crecimiento que tuvo el país durante estos años, luego de la crisis del 2001. Ahora estamos haciendo las cosas bien, no como en los 90, que las hicimos mal. Es el relato repetido hasta el hartazgo por los programas oficialistas de la tv pública y los medios oficialistas.

  Y en cierto sentido, tienen razón. En la década de los ‘90 Argentina se endeudó fuertemente y en el año 2001 llegaron los problemas para afrontar los pagos de deuda. Luego vino el default y la davaluación. En definitiva, fué una crisis fiscal. Se vivió durante un tiempo por ensima de las posibilidades, o sea, se gastó más de lo que se podía y al final nos dimos cuenta que el estado estaba quebrado.

  En contraposición al festival de déficit público de los ‘90, el gobierno de Kirchner fue superavitario. Luego de asumir lanzó un canje de deuda que limpió los bolsillos de los acreedores. Al parecer era muy riguroso con las cuentas y no le gustaba tener déficits fiscales. Lo cual es bueno. Tal es así que cuando el congreso aprobó la ley para aumentar las jubilaciones en 2010, Kirchner decidió vetarla. Sabio administrador, entendió que el aumento no era sustentable en el largo plazo. De repente todo el progresismo argentino estaba defendiendo al buen Kirchner de la trampa desestabilizadora que le había tendido el congreso opositor. Si, ¡El progresismo defendiendo el veto a un aumento de jubilaciones! Kirchner lo hizo.

 Es importante entender el legado de fiscalidad de Néstor Kirchner. No se gasta más de lo que hay. Fue esa política, nada progresista por cierto, la que desendeudó a Argentina y ese desendeudamiento es el que hoy en día permite un clima de buenas expectativas a futuro. El buen Kirchner desendeudó a Argentina, lo demás es mala economía.

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